La aldea de Fossànghera se
halla al centro del barranco de Pozzobrutto,
y se ha quedado a los márgenes de los flujos turísticos,
aun porque sus habitantes se apropian sistemáticamente
de los señales de tráfico para hacer luges con los
cuales deslizarse sobre las graveros de la zona.
La aldea tiene una población de 321 habitantes (febrero
2007), en continua modificación gracias a la tasa anual
de suicidios del 34%, dato único al mundo y que por esto
es orgullo y honor local.
Sus habitantes son llamados "fossanguereses" o, más
a menudo "aquellos", ya que nadie tiene verdaderamente
gana de llamarlos.
La economía del pueblo, una vez basada en el predación
de las carrozas que pasaban en la vecino carretera nacional, de
reciente se convertió y hoy es basada en el predación
de los coches aparcados en el vecino parador de la autopista.
Artesanía
Los productos de la artesanía fossanguerés son ofrecidas,
en general en vano, en las tiendas del aldea y en el parador de
la autopista. Entre ellos se caracteriza el "gnògno",
tradicional canastillo para llevar un hueso de cereza, hecho de
tallos de cereza entrelazados, antigua prenda de amor de los jóvenes
fossanguereses por sus novias o por sus cabras.
Los artesanos de Fossànghera practican una artesanía
pobre, basada en la reutilización de los materiales, obtenendo
productos como las vainas para gafas en papel de lija, el papel
higiénico reciclado decorado a mano, el pisapapeles
hecho con botes de cerveza arrolladas en la autopista. Los artistas
fossanguereses en numerosas ocasiones adornaron los aseos del
cercano parador de la autopista con la técnica tradicional
del "finger painting".
¿Qué
ver?
Al centro del único cruce del aldea se halla una preciada
obra de arte de inspiración duchampiana, titulada "mingitorio 4", que proviene de los
aseos "caballeros" del cercano parador de la autopista,
mientras que al centro de la plaza del pueblo se yergue el basamento en hormigón (de 1 x
1 metros de base y 20 centímetros de altura) del monumento
al ciudadano fossanguerés más ilustre, que será
terminado apenas en el aldea se encontrará un ciudadano
ilustre.
En la pared de la iglesia se observa el resto de un manifiesto
electoral de 1953, el único que fue fijado en el pueblo
en su historia, y en el cual se puede todavía leer "vote
n° 43".
Festividades y tradiciones
populares
El punto culminante del verano fossanguerés es la tradicional
competición de escultura en hielo, que se desarrolla en
la plaza del pueblo el 15 de agosto desde las 14.00 hasta las
14.05. Sigue la competición de cabezazos a la pared, llamada
la "cabezazada", que culmina con las exequias solemnes
del ganador, con gastos pagados por el ayuntamiento.
La festividad típica del invierno de Fossànghera
se realiza en los últimos días de enero y consiste
en una competición de resistencia entre los viejos del
pueblo, que son acribillados con baldes de agua helada mientras
corren nudos en la noche por los callejones del pueblo, mientras
los aldeanos se rien a sus espaldas.
La Pascua de tiempos inmemoriales se celebra con la ceremonia
del "squàscio" para la cual todos los habitantes
se preparan desde Navidad, adornando unos huevos con dedadas de
hollín, de fango o de otro. Entonces el día de Pascua
los "squascianti" se cascan recíprocamente en
la cabeza los huevos, ahora podridos, pegando gritos bestiales
y emitendo ruidos corporales.
La festividad fossanguerés típica de Navidad ve
la matanza a pedradas de todos los aldeanos ultra-sexagenarios,
unos momentos antes de la misa del gallo.
Gastronomía
La cocina de Fossànghera es definida por algunos como "pobre",
por muchos otros "pobrecita". El plato fuerte es el
"padellacchio", hecho con los animales arrollados recogidos
sobre la autopista, con los insectos raspados de los parabrisas
y con la comida caducada del parador de la autopista. La otra
especialidad son los fideos en caldo, que sólo en Fossànghera
por tradición se colan cuando son cocidos y se comen sin
caldo. La otra particularidad de la cocina local es la ensalada
de patatas crudas.
Entretenimiento
El pasatiempo tradicional del país consiste en la lectura
de las matrículas de los camiones en el aparcamiento del
cercano parador de la autopista. Los más valientes, especialmente
los jovenes, intentan parar los camiones que corren en la autopista
arrojando macizos desde el puente, para leer más fácil
la matrícula, cuando el camión se estrelle contra
el letrero del parador.
Hospitalidad
Los casos de canibalismo, muy frecuentes en pasado, son hoy esporádicos,
y limitados a pocos casos por día. Sin embargo, en caso
de que los autóctonos vos inviten a almorzar, es recomendable
asegurarse que su papel en la comida sea lo de comensal.
La hospitalidad de los paisanos es algo áspera, pero en
el fondo cordial; pero en el caso que se vea un grupo de aldeanos
precipitarse hacia vosotros sacudiendo hachas y bastones, gritando
"matàmulu!" (palabra dialectal intraducible),
se podría asumir una actitud no tan amistosa hacia vosotros,
y esto aconsejaría un acortamiento de la permanencia en
el país.
Una visita minuciosa de la aldea de Fossànghera exige generalmente
uno o dos de minutos, y es recomendable dejar el coche con motor
en marcha, ya dirigida hacia la salida de la aldea y con las puertas
abiertas, para ser listos escoger las oportunidades que pudieran
emerger.
Como llegar ahí
Fossànghera no tiene ferrocarril, y no es alcanzado por
ningun servicio de autobuses y, de ordinario, taxis y simones
no llegan ahí.
El pueblo puede sin embargo ser alcanzado con un coche, que tenga
por lo menos cuatro ruedas motrices y fondo levantado, pilotada
por un piloto de rally experto.
Fossànghera se puede también alcanzar a pie, salvando
la red del parador de la autopista en la zona del basurero detrás
de los aseos, y luego siguiendo el rastro de huesos humanos que
llega hasta al pueblo.
Contactos
La oficina del turismo fossanguerés se halla en la parte
trasera del parador de la autopista. Contacten al "Tuerto"
o a "Degollapueblo"