La masacre de las Fosas Ardeatinas

El 24 de marzo de 1944 en Roma las SS nazis masacraron a 335 personas (véase la lista), en las canteras Ardeatinas, desde entonces llamadas Fosas Ardeatinas, en represalia por un acto de guerra llevada a cabo por los partisanos contra una patrulla de soldados alemanes en via Rasella, en el centro de la ciudad. Estos son los hechos desnudos, los nazis mataron a un gran número de personas, disparándole en la nuca, una por una, y luego hicieron derrumbar la cantera, cuatro días más tarde, para ocultar el crimen, al igual que un vulgar asesino que trata de ocultar el cadáver de su víctima para que no lo descubran. Los nazis incluso asesinaron a una anciana que estaba recogiendo achicoria cerca de las Canteras, sólo para eliminar a un testigo inoportuno.
A partir de este ejemplo lineal de torpe brutalidad nazi (nazi, no alemana, por favor), se engendró un redoble continuo e incesante, que comenzó inmediatamente después de la matanza, como un tópico idiota y ignorante, muchas veces aún falso, y difundido entre muchas personas, según lo cual los partisanos serían en realidad culpables de la matanza, ya que habrían debido entregarse a la policía nazi, obediendo a un supuesto ultimátum, por lo que habrían evitado la masacre.
Los que difunden esta mentira probablemente no saben que entre el ataque de Via Rasella y la matanza de las Fosas Ardeatinas pasaron menos de 24 horas, la mayoría de las cuales bajo toque de queda, que nadie había avisado a los responsables de entregarse, ni se difundió alguna amenaza de represalias si los culpables no se habrían entregado, como claramente admitido por los mismos criminales nazis durante su juicio. La matanza se había decidido de antemano, y habría ocurrido incluso si los partisanos que habían llevado a cabo el ataque se habrían entregado.
El diario de Roma "Il Messaggero", así reportó la noticia el 25 de marzo de 1944, el día después de la matanza: "En la tarde del 23 de marzo de 1944, elementos criminales llevaron a cabo un ataque contra una columna de la policía alemana pasando por vía Rasella (...) el alto mando alemán está decidido a poner fin a las actividades de estos malvados bandidos y por lo tanto ordenó que por cada alemán matado se ejecutarán a diez criminales comunistas seguidores de Badoglio. La orden ya fue ejecutada".
Si no fuera trágico, el contraste entre "se ejecutarán" y "ya fue ejecutada" sería ridículo, y explica claramente cómo justo el día después de la matanza los escuálidos lacayos de los nazis ("Il Messaggero" no era nada diferente) pudieran presentar un crimen de guerra como un justo castigo por un acto criminal.
Alessandro Portelli describe bien el desencadenamiento inmediato del mecanismo de inversión de culpas: los asesinos son desculpabilizados y los partisanos son los culpables. De hecho, el periódico vaticano "L'Osservatore romano" del día después de la masacre escribió de "trescientas veinte personas sacrificadas por los culpables que escaparon al arresto", negando así la esencia del ataque en Via Rasella como un acto de guerra legítimo, combatientes contra combatientes, pero acreditando la tesis de la acción partisana como un delito, al que sigue un merecido castigo, incluso un sacrificio, dándole un valor sacral a la infame matanza.
Como prueba de la caótica situación de la información que pasaba entre el sur de Italia, ocupado por las tropas aliadas, y el centro-norte ocupado por los nazists y fascistas, véase el artículo del 2 de abril de l'Unità, el diario del Partido Comunista, impreso en Nápoles, que informaba de una masacre ocurrida el 27 de marzo en el Coliseo, reportando el número de 320 víctimas, el mismo inicialmente decidido por la represalia. L'Unità aprovechó la oportunidad de exaltar la lucha partisana del pueblo italiano contra los nazists y fascistas.
Incluso tres días después de la liberación de Roma, el 7 de junio de 1944, Il Messaggero, que entretanto había cambiado completamente de línea política, informó sobre la peregrinación a las Canteras (llamadas "cuevas de Domitilla", debido a la proximidad de los catacumbas del mismo nombre), de los familiares de los desaparecidos, para buscar noticias de sus seres queridos, y suponiendo un número de víctimas de unas 400, que se elevaba a 600 con otras masacradas en la zona de Tor di Quinto.

¿Cómo debemos juzgar a quien, décadas más tarde, es tan desdichado hasta al punto de tratar a toda costa de excusar a los que han cometido un crimen contra la humanidad, ententando en vez de culpar a los que defendieron, a riesgo de su propia vida, la libertad de su país, devolviéndole su honor perdido durante la dictadura fascista y la guerra? Entre otras cosas, los mismos aliados habían instado repetidamente a los italianos a levantarse contra los nazists y fascistas.
El médico forense Attilio Ascarelli, que llevó a cabo las autopsias a los mártires de la Fosas Ardeatinas, permitiéndo darle una sepultura apropiada, a pesar de la tentativa de los nazis de ocultar y destruir los cadáveres (ver la placa en su memoria en el Memorial), escribió que el ataque de Via Rasella "fue la explosión de un estado de ánimo que surgió necesariamente de la atmósfera de odio, miedo y de inhumana continua persecución y provocación" y definió a la matanza de las Fosas Ardeatinas "la cruel satisfacción de un brutal espíritu de venganza".
(Ascarelli)
Roma era sólo formalmente una "ciudad abierta", pero en realidad estaba bajo la ocupación de los nazi-fascistas, que llevaban a cabo continuos rastreos y fusilamiento: baste pensar que en Forte Bravetta, a la época de la masacre de las Fosas Ardeatinas, habían sido fusilados más de cincuenta antifascistas combatientes, casi todos por "actividades anti-alemanes". Además, el 16 de octubre de 1943, los nazis y los fascistas habían agarrado 1.259 personas en el gueto de Roma "ciudad abierta", 1.259 personas, deportando 1.014 de ellos a campos de concentración, de donde solamente dieciséis de ellos volvieron a casa, más que 800 murieron en las cámaras de gas una semana despues de la redada.
(Spizzichino) Los ciudadanos romanos reaccionaron a esta sangrienta opresión por medio de legítimos actos de guerra, ejerciendo el derecho a luchar y liberar a su propio país de una ocupación extranjera y de una dictadura interna que estaba de pie sólo para el apoyo de los ocupantes extranjeros.

Por lo tanto el ataque a la columna nazi fue un acto legítimo de guerra, y los valientes italianos y italianas que lo llevaron a cabo, enteramente merecen las medallas al valor que les concedieron. Después del ataque de via Rasella los nazis dejaron de llevar a cabo operaciones militares y de concentrar tropas en Roma, y como resultado, los aliados suspendieron de bombardear la ciudad, lo que permitió ahorrar un gran número de vidas humanas.
De todos modos, en Roma, se llevaron a cabo numerosos ataques armados contra los nazis y los fascistas, no seguidas por ninguna represalia, y, por otra parte, muchos ciudadanos romanos fueron detenidos, deportados y asesinados, sin ningún tipo de "justificación" en represalias por actos de guerra. ¿Qué vamos a hacer entonces con los miserables que definen la matanza de las Fosas Ardeatinas como una represalia "inevitable"?
En 1965 Sergio Piperno Beer, en aquel entonces Presidente de la Unión Italiana de Comunidades Judías, incluyó la matanza entre los crímenes de la peor clase, esos perpetrados en nombre de una "justicia" que no era más que "una máscara sacarrona y trágica en la cara de una horda de delincuentes, que, al final, también estaban preocupados por el destino último de ellos mismos y de sus acosos". Piperno añadió: "en las Fosas Ardeatinas no se quiso tanto castigar a los presos acusados de rebelión, sino aterrorizar a toda la ciudad con la demostración implacable de un dominio indiscutible y con un número exorbitante de <<ejecutados>>".
(Ascarelli)
Además, de acuerdo con Silverio Corvisieri, los nazis trataron de acreditar la mentira de que las 335 víctimas ya habían sido condenadas a muerte por actos de resistencia, ya antes del ataque de Via Rasella, lo que confirma el hecho de que la represalia de la Fosas Ardeatinas fue percibida incluso por los nazis como algo desmedido y excesivo.
Ya que se re-estableció la verdad histórica, aclarando que no hubo ningun aviso a los participantes al ataque a entregarse, para evitar la represalia, aun porque el escasísimo tiempo disponible hace esta hipótesis imposible, no hay que olvidar que veinte días antes de la redada del gueto de Roma, antes citada, los nazis habían obligado a la comunidad judía romana a entregar un rescate de 50 kg de oro para que los jefes de familia no fueran deportados. Una vez que los nazis agarraron el rescate, sin embargo, deportaron a campos de concentración no sólo los jefes de familia, sino todos los judios que lograron capturar, incluyendo los bebés y los octogenarios. Y todavía alguien es tan caradura (o peor) de contar el cuento de hadas de los nazis caballeros, que habrían adecuadamente liberado los prisioneros destinados a las Fosas Ardeatinas, si sólo los autores del atentado de Via Rasella se habrían entregado!
Hay que recordar el aviso enviado por las SS a las familias de las víctimas de la masacre de las Fosas Ardeatinas, por el cual, más de un mes después de la matanza, informaban a los familiares de la muerte de sus seres queridos y los invitaban en alemán a recuperar las pertenencias de sus familiares en la cárcel de via Tasso.
.La Iglesia católica, después de al menos quince años de excelentes relaciones con la dictadura fascista, consideró igualmente culpables a los nazis autores de la masacre y a los partisanos que habían llevado a cabo el atentado en via Rasella, con una prontitud no mostrada en la ocasion de la redada de los judíos en el gueto de Roma, seis meses antes. Un año después, la Iglesia católica ayudaría a muchos de los peores criminales de guerra fascistas y nazis a abandonar sus países, escapando de los juicios que les aguardaban por las atrocidades que habían cometido.
(Lupo)

Gratitud
Quedo agradecido a los que lucharon en la Resistenza en Roma, consiguiendo, de hecho, con el ataque de Via Rasella, echar a los nazis fuera de Roma, aclarando a todos que los romanos no podían aguantar la ocupación de los torturadores nazis y de sus lacayos fascistas.
Por lo tanto, mis cariñosos agradecimientos vayan a los que realizaron o colaboraron para llevar a cabo el acto de guerra contra los nazis en la vía Rasella, es decir
Rosario "Sasà" Bentivegna (Paolo), Carla Capponi (Elena), Pasquale Balsamo, Mario Fiorentini (Gandi), Lucia Ottobrini (Maria), Marisa Musu (Rosa), Franco Calamandrei (Cola), Fernando Vitagliano, Raoul Falcioni, Carlo Salinari (Spartaco), Silvio Serra, Francesco Curreli, Giulio Cortini, Laura Garroni, Duilio Grigioni, Ernesto Borghesi, que pelearon y arriesgaron su vida por mi libertad, a pesar de que yo ni siquiera había nacido entonces.

También agradezco a Giaime Pintor, Bruno Buozzi y a todos los otros combatientes antifascistas que cayeron para libertar a Italia de la vergüenza nazi-fascista, y a Maria Teresa Regard (Piera) Sandro Pertini, Adriano Ossicini, Maurizio Ferrara, Carlo Lizzani, Vasco Pratolini, Aldo Natoli, y a todos los demás que sobrevivieron y pudieron contribuir a construir la Italia democrática, aunque hoy este país sea muy lejos de lo que todos ellos soñaban en eses años.

¿Quiénes eran las víctimas?
Las 335 personas asesinadas en las Fosas Ardeatinas eran todos hombres, de edades comprendidas entre los 15 años de Michele Di Veroli y los 74 de Mosè Di Consiglio, nada menos que 27 eran menores de veinte años, 113 menores de treinta años. Todos ellos fueron detenidos en Roma, pero poco más de la mitad de ellos (174 personas) habían nacido en Roma o en la provincia. En cuanto a su afiliación política, de acuerdo con los informes, 58 de ellos hacían referencia al Partito d'Azione (Partido de Acción), 42 al Movimento Comunista d'Italia, un numeroso grupo de partisanos comunistas que no se reconocían en el Partido Comunista principal, y eran conocidos por el nombre del periódico que publicaban Bandiera Rossa (Bandera Roja). Treinta de las víctimas pertenecían al Partito Comunista Italiano, mientras que 16 eran miembros del Partido Socialista italiano, que desde 1943 hasta 1947 tomó el nombre de PSIUP (Partido Socialista Italiano de Unidad Proletaria). Finalmente 26 víctimas eran miembros del Comitato di Liberazione Nazionale (Comité de Liberación Nacional), una estructura común creada por los principales movimientos antifascistas.
Bajo solicitud del comandante de la Gestapo en Roma, que presionó para incluir un gran número de judios entre las personas destinadas al masacre, 75 de las víctimas de las Fosas Ardeatinas eran judios, según el sitio del Centro de documentación judía contemporánea sobre las víctimas de la Shoá, a las que debe añadirse Aldo Finzi, un judio converso, ex fascista y subsecretario de Mussolini, y luego miembro de la resistencia. Muchos judios eran también combatientes antifascistas.
Varios mártires de las Fosas Ardeatinas eran residentes de Via Rasella, rastreados en la inmediatez del ataque, como si se pudiera pensar que alguien organice un ataque bajo las ventanas de su casa, pero la torpe brutalidad de los nazis no se cuidaba de esos detalles, más bien, parece que la orden inicial era exterminar a todos los habitantes del barrio.
Entre los mártires de las Fosas Ardeatinas, 68 eran militares (42 oficiales, 9 suboficiales y 17 soldados); también entre ellos se pueden encontrar muchos combatientes antifascistas: 43 de ellos eran miembros del Fronte Militare Clandestino, que reunía a los militares que después del armisticio no habían aceptado unirse al gobierno títere de la república fascista, ni se habían desbandado. Treinta y seis víctimas (incluyendo 24 militares) fueron galardonados con la medalla de oro al valor militar, mientras que 10 fueron galardonados con la medalla de plata, Padre Pietro Pappagallo, el único sacerdote entre las víctimas, fue galardonado con la medalla de oro al mérito civil.
Las actividades de las víctimas de la masacre eran muy diferentes: 91 eran comerciantes o empleados en el comercio, 51 artesanos, 45 empleados, 19 obreros o asimilables, 21 profesionales, 12 agricultores o jornaleros, 9 estudiantes, 6 empresarios, 6 artistas, 5 profesores.

Los culpables
Algunos de los italianos que se esforzaron para proveer a los nazis de los presos que masacrar (véase la lista hecha por la policía de Roma), pagaron con la vida en la inmediatez de la Liberación, otros lograron infiltrarse en los escondrijos del nuevo Estado democrático y así, se fue de rositas.
En cuanto a los nazis, un acuerdo tácito entre las autoridades de Alemania e Italia, ambas infiltradas por antiguos nazis y fascistas, permitió que muchos de los culpables de la matanza de las Fosas Ardeatinas resultaran muertos o ilocalizables
(Wiegrefe), mientras que sólo unos pocos pagaron, muy tarde, entre otras cosas. Sólo uno de ellos cumplió más de treinta años de prisión, hasta que lo dejaron escapar. Otro vivió libre en Argentina hasta la edad de ochenta años (¡ninguna de sus víctimas logró llegar a esta edad!), hasta que finalmente obtuvo una sentencia de por vida, sin embargo valiéndose de arresto domiciliario.
Por lo tanto, ¿quién puede decir que el crimen no paga?
Como información adicional, especifico que intencionalmente no he reportado ninguna foto o nombre de los masacradores de las Fosas Ardeatinas, porque he pensado que no fuera necesidario publicar los rasgos o los nombres de los que cometieron un acto tan horrible contra la especie humana. La damnatio memoriae probablemente no es bastante, pero es mejor que nada, y no deseo ensuciar mi sitio web con caras y nombres de asesinos y torturadores, que entre otras cosas quedaron casi sin castigo.

El Memorial
Inmediatamente después de la liberación de Roma, poco más de dos meses después de la masacre, las autoridades de ocupación aliadas quisieron cubrir las canteras con tierra y colocar una placa en el lugar de la masacre. Las familias de las víctimas, encabezadas por la esposa del general Simoni, con una fuerte oposición al proyecto, obtuvieron la exhumación de los cuerpos y el entierro individual, después del reconocimiento de los cuerpos, gracias al arduo y difícil trabajo del médico forense Dr. Attilio Ascarelli y sus colaboradores.
Así, el lugar de la matanza, que se halla en Roma en Via Ardeatina 174, se convirtió en un monumento conmemorativo, donde también se construyó el mausoleo de las víctimas de la masacre que se puede visitar:
de lunes a viernes 08:15-15:30 / sábados y domingos 08:15-16:30, el Museo se puede visitar: de lunes a viernes de 08:15-15:15 / sábados y domingos 08:15-16:15. El memorial y el museo están cerradas en: 1 de enero, Pascua, 1 de mayo, 15 de agosto, Navidad y 26 diciembre. La entrada es gratuita.
El sitio web es http://www.mausoleofosseardeatine.it/, teléfono +39 06 6795629, WhatsApp +39 392 4484043, e-mail info@mausoleofosseardeatine.it.
Una de las lápidas dentro de las galerías de las canteras dice: «Fummo trucidati in questo luogo perché lottammo contro la tirannide interna per la libertà e contro lo straniero per l'indipendenza della Patria. Sognammo un'Italia libera, giusta, democratica. Il nostro sacrificio ed il nostro sangue ne siano la sementa ed il monito per le generazioni che verranno» ("Fuimos asesinados en este lugar porque luchamos contra una tiranía interna por la libertad y contra el extranjero por la independencia de nuestra Patria. Soñamos con una Italia libre, justa, democrática. Sean nuestro sacrificio y nuestra sangre la semilla y la amonestación a las generaciones por venir").

En la parte posterior del mausoleo hay dos losas con la lista de las 394 víctimas civiles de la masacre nazi de Sant'Anna di Stazzema (provincia de Luca, Toscana) el 12 de agosto de 1944, donadas por el municipio del pueblo toscano después de que fueran dañadas en 2015 por una tormenta. La plaza frente a la entrada de las canteras está por otro lado dedicada a las víctimas de la masacre nazi-fascista en Marzabotto (provincia de Bolonia, Emilia-Romaña) donde 1.830 personas desarmadas fueron asesinadas entre el 29 de septiembre y el 5 de octubre de 1944.

Mis imágenes del Memorial de las Fosas Ardeatinas
Pueden usar estas fotos, siempre que citen la fuente

Memoria
En 1968, el compositor estadounidense William Howard Schuman
(1910-1992), tras una visita a las Fosas Ardeatinas en 1967, compuso la Sinfonía n. 9 "Le Fosse Ardeatine". En 2019, el maestro Riccardo Muti dirigió la sinfonía, con motivo del 75° aniversario de la masacre, con la Chicago Symphony Orchestra, y en 2024, con motivo del 80° aniversario de la masacre, en la Sala Santa Cecilia del Auditorium Parco della Musica. en Roma con la orquesta juvenil que él mismo creó para el perfeccionamiento y el crecimiento de los músicos menores de 30 años. Escuche en YouTube la sinfonía interpretada por la Philadelphia Orchestra dirigida por Eugene Ormandy y por la Seattle Symphony Orchestra dirigida por Gerard Schwarz (1a parte, Anteludium, 2a parte, Offertorium y 3a parte, Postludium).

En conclusión
Sugiero leer el libro de Alessandro Portelli "L'ordine è stato già eseguito" ("La orden ya fue ejecutada: Roma, las fosas Ardeatinas, la memoria"), que contó, de manera mucho más eficaz y exhaustiva de lo que yo nunca podría hacer, la historia de Via Rasella, de la Fosas Ardeatinas y de lo que siguió, incluyendo la campaña infame contra los partisanos, que tuvo un resurgimiento al final de los años 90, con ocasión del juicio a uno de los asesinos de la masacre de las Fosas Ardeatinas, que todavía sobrevivía.

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Enlaces: (verificadas en 2 de mayo de 2024)
Ada Holtzman Home Page enlace
ANFIM - Asociación Nacional de Familias Italianas de los Mártires Caídos por la Libertad de la Patria
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ANPI (Asociación Nacional de los Partisanos Italianos) Mujeres y hombres de la Resistencia
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ANPI (Asociación Nacional de los Partisanos Italianos) Fosse Ardeatine
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Circolo Rosselli Milan
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Comunidad Judía de Roma, Italia
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Fundación Centro de Documentación Judía Contemporánea CDEC - Digital Library
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Holocaust Encyclopedia
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Ministerio italiano de la Defensa
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ArchiDiAP - monumento a los Mártires de las Fosas Ardeatinas
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Resistenzaitaliana.it
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Historia y memoria de Bolonia
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