Los italianos son cansados de toda esta naturaleza: los petirrojos son politicamente alineados, los picos rojos son violentos, los mirlos son gamberros y los ruiseñores cantan todo el tiempo, entonces son comunistas, y es hora de gritar en voz alta:

¡basta con todas estas golondrinas!

Desde muchisimas primaveras pasa un acontecimiento criminal, desde siempre tolerado por los gobiernos comunistas de las décadas pasadas: la inmigración ilegal de las golondrinas.
Estos aves vienen de África en migraciones masivas, son negras, se alimentan con comidas extrañas, hablan una lengua incomprensible y rechazan integrarse con los autóctonos, y prefieren vivir en sórdidos estudios situados debajo de los techos de las casas de los ciudadanos honestos, amenazando aún de irrumpir adentro. Además rompen el sueño de los italianos levantandose al amanecer y dedicandose a desenfrenados torbellinos acompañados por gritos desgarradores, indicio probable de ingestión de substancia estupefaciente o de alcohol. No podemos además olvidar el daño ocasionado sutraendo comida y trabajo a los insectívoros del país, en primer lugar a los murciélagos, discriminados en virtud de un odioso prejuicio de memoria partisana contra las simpáticos animaluchos que tienen la única culpa de vivir colgados con la cabeza hacia abajo.
Pero desde este año, gracias a la ley Bossi-Fini, finalmente se podrà poner fin a esta vergüenza: patrullas especiales de policía móvil se ocuparan de arrestar a estos inmigrantes ilegales en el rompiente de nuestros cielos, rechazándolos hacia sus países donde, eventualmente, podran ser ayudados.

Me disculpo por cualquier error en la traducción española:
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página creada el: 22 marzo 2006 y puesta al día el: 7 enero 2011