Armas sónicas en Cuba

Hay una explicación mucho mejor que las armas sónicas para los ataques referidos
contra diplomáticos estadounidenses en Cuba

por Brian Dunning desde: https://skeptoid.com/episodes/4603 Skeptoid Podcast #603 - 26 diciembre 2017

A principios de 2016, unos diplomáticos estadounidenses estacionados en Cuba comenzaron a relatar de una misteriosa enfermedad. Creían haber sido atacados por algo que describieron como un arma sónica. No se pudo identificar a ningún culpable, no se encontraron armas de ese tipo, no se pudo establecer un móvil claro, excepto, por supuesto, por el hecho de que los Estados Unidos y Cuba no están exactamente en los mejores términos, y los Estados Unidos estaban endureciendo sus sanciones contra el mismo país en el que sa halla la embajada. Pero cuando estos informes llegaron a los oídos de los científicos, se levantaron las cejas, porque no tenía sentido. Ahora vamos a ver las supuestas armas sónicas utilizadas contra los diplomáticos estadounidenses en Cuba.
Fuentes del Departamento de Estado de EE. UU. dieron varios informes a las agencias de noticias para describir los ataques. Cualquiera que sea el dispositivo que se usó, no emitió ningún sonido audible; sin embargo, el oído de un diplomático se dañó hasta el punto de que ahora necesita un audífono. A partir de este informe, se dijo que unos 24 estadounidenses, más las familias de cinco diplomáticos canadienses, se vieron afectados. Una declaración del Departamento de Estado de EE. UU. de septiembre de 2017 describió los síntomas y dejó en claro que esto se estaba tratando como un ataque:
En los últimos meses, 21 empleados de la Embajada de los EE. UU. sufrieron diversas lesiones debido a ataques de naturaleza desconocida. Las personas afectadas exhibieron una variedad de síntomas físicos, incluyendo afecciones de los oídos, pérdida de oído, mareos, dolor de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultad para dormir. Los investigadores no pudieron determinar quién es responsable o qué está causando estos ataques.
En octubre de 2017, los Estados Unidos expulsaron a quince diplomáticos cubanos en represalia por los presuntos ataques. Y dentro de la embajada de los Estados Unidos, el personal se redujo a una tripulación mínima frente a las enfermedades en curso.
Y mientras que los periódicos proclamaban de todo corazón los ataques con armas sónicas, los científicos y aquellos que tenían conocimiento de tales armas pedían cautela, porque es casi seguro que no haya nada de lo que se sostiene.
Lo primero que mucha gente dice cuando escucha esto es que las armas sónicas son en realidad muy reales. Esto es verdad, pero usar este hecho para justificar los informes de Cuba sería como observar que las tortugas son reales para justificar la existencia de los dragones. Las armas sónicas reales no tienen nada en común con los informes de Cuba, y no tiene correspondencia aceptable con ellos. Vamos echar un vistazo a las armas sónicas reales para comprender mejor cuán lejos están los informes de Cuba.
El tipo más común de arma sónica es el LRAD, abreviación de Long Range Acoustic Device (dispositivo acústico de largo alcance). Un LRAD se parece a un grande panel plano que se puede apuntar, y produce un sonido muy fuerte a la frecuencia más molesta, alrededor de 2,5 KHz. El sonido se proyecta por una larga distancia en un rayo de unos 30°, no tan apretado, pero muy apretado para un dispositivo acústico. Pueden producir sonido a hasta 160 dB y se pueden escuchar a más de tres kilómetros de distancia. Pero el sonido se dispersa en una gama más larga, y cuando se usa como arma, son efectivos para causar un sonido intolerablemente alto a lo largo de uno o tres campos de fútbol. Los LRAD son lo que usan contra los barcos piratas y las multitudes de manifestantes revoltosos. También se usan para señalización y comunicaciones de larga distancia, como anuncios a multitudes distantes. Por encima de todo, un LRAD funciona porque es ruidoso. Se dice que las armas cubanas sean silenciosas, por lo que se necesita muy poco análisis para ver que el arma acústica más común no es lo que se empleó en este caso.
En realidad, solo hay otros dos tipos de armas sónicas, y "arma" es realmente una palabra demasiado fuerte para cualquiera de ellos. Las granadas de aturdimiento M84, también llamadas flashbangs, desorientan temporalmente a las víctimas con un destello de más de 1.000.000 de candelas y un estallido de más de 170 dB sin causar ningún daño permanente. Claramente esto tampoco es lo que sucedió en Cuba. Finalmente, hay un artilugio que se dice que pueda desalentar a los adolescentes de holgazanear, emitiendo un pitido agudo que, supuestamente, solo los oídos más jóvenes y sanos pueden oír. Está planeado para molestar, no para dañar, por medio del sonido desagradable. Esto también es totalmente incongruente con los informes de Cuba.
La única otra cosa que vale la pena mencionar es la vieja leyenda urbana sobre la llamada "nota marrón": un retumbo de baja frecuencia justo más allá del extremo inferior del oído humano, que se dice que licue el contenido de los intestinos y cause una inmediata incontrolable diarrea. Nunca se ha demostrado esto y es altamente inverosímil desde una perspectiva física. ¿Por qué solo se verían afectados los intestinos? En cualquier caso, la diarrea prodigiosa e incontrolable no es uno de los síntomas reportados desde Cuba, por lo que podemos estar bastante seguros de que no estuvo involucrado un gigantesco generador de "nota marrón".
Entonces, ¿qué podría haber sido el arma? Los bloggers al azar y los comentaristas de Internet parecen creer que tienen las respuestas. El arma desplegada en Cuba era probablemente un dispositivo de tipo LRAD que utilizaba una frecuencia inaudible o incluso microondas u otra radiación electromagnética: especulaciones totalmente no documentadas, sobre frecuencias que se sabe que no tienen ningún efecto sobre los seres humanos a niveles plausibles de energía. Suena científico en un blog o en Facebook, pero no es la forma en que funciona la física real.
Cuando miramos detenidamente estos informes para tratar de determinar los hechos crudos, notamos rápidamente que no son congruentes entre sí. Diferentes personas relataron diferentes síntomas. La mayoría de las personas no relataron haber oído ningún sonido en particular. Los que lo hicieron, dijeron que oyeron sonidos muy diferentes, y en diferentes momentos y lugares. Ninguno de los sonidos tenía ninguna similitud con las armas sónicas. Solo una persona reportó pérdida auditiva permanente; y como nadie más lo hizo, podemos suponer con seguridad que probablemente se debió a causas naturales para esa persona. Uno refirió una conmoción cerebral sin causa aparente, pero nadie más lo hizo tampoco. Entonces, si estamos buscando alguna causa externa para estos síntomas, nos enteramos que probablemente no hubo una sola causa. Fueron varias causas diferentes, lo que sugiere que estas personas padecieron varios problemas no relacionados.
El envenenamiento se sugirió como causa potencial. El mercurio, el plomo y una serie de solventes industriales pueden causar daño a los nervios y provocar la pérdida de audición. Sin embargo, es una teoría mediocre, porque tendrían que haber padecido una exposición significativa durante mucho tiempo, y habría sido fácil detectarla en su sistema. Tal envenenamiento fue analizado y no fue encontrado. Claro que podemos especular que se usó un veneno nuevo y desconocido que no sabemos cómo analizar, pero eso es una pura especulación sin evidencia.
Algunos han sugerido que las víctimas puedan simplemente haber compartido una infección del oído. Un candidato es la laberintitis, una inflamación del oído interno que confunde el equilibrio y causa náuseas, mareos, vértigo y un cierto grado de pérdida auditiva. Estos son muchos, pero no todos, los síntomas reportados. Es muy posible que algunos de los diplomáticos afectados tuvieran una infección en el oído y se la pasaran unos a otros. Señalaron los críticos de esta teoría que solo los estadounidenses relataron haber sido afectados; aunque trabajen de cerca con los cubanos cada días. Sin embargo, vale la pena señalar que los cubanos no suelen tener la costumbre de relatar sus resfriados al Departamento de Estado de los EE. UU.
Mientras los periódicos gritaban al ataque no provocado de Cuba contra los diplomáticos, y el Departamento de Estado de EE. UU. presionaba para que se detuvieran, los cubanos decidieron averiguar qué estaba pasando allí. Una vez que se enteraron de las quejas de los estadounidenses, formaron un grupo de trabajo de 2.000 personas bajo el veterano coronel Ramiro Ramírez en representación de todas las disciplinas de seguridad y ciencia. En primer lugar, dirigieron la atención a posibles causas conocidas como plausibles en función de su experiencia en la región. Analizaron por la permetrina, el principal agente fumigante utilizado allí contra los mosquitos. En casos de alta exposición accidental, la permetrina ha demostrado causar dolores de cabeza y náuseas. No se encontró exceso de permetrina.
Luego, los cubanos dirigieron su atención hacia los vecinos y a los empleados domésticos de los diplomáticos estadounidenses, quienes habrían sido expuestos a lo mismo que a los estadounidenses, fuera lo que fuere. No se encontró nada, nadie padeció algún efecto negativo causado por el sonido. Los científicos cubanos utilizaron todos los dispositivos de su arsenal para buscar las misteriosas armas sónicas, pero salieron con las manos vacías.
Finalmente, los científicos cubanos se pusieron de acuerdo sobre la explicación de que los científicos estadounidenses y otros científicos ya habían empezado a plantear, y es algo que les resultará familiar a los oyentes regulares de Skeptoid. Es, de hecho, una explicación perfecta que no requiere misteriosas armas acústicas extraídas de la ciencia ficción, y marca eficientemente cada casilla. Es un evento psicogénico masivo.
Antes que ustedes se carcajeen y lo rechazen, repasemos lo que hemos aprendido sobre el estrés agudo en episodios previos. El estrés agudo crónico puede producir síntomas físicos definidos, y son, en toda la línea, exactamente los síntomas relatados por los diplomáticos. Insomnio, ansiedad, náuseas, dolores de cabeza, fatiga, deterioro cognitivo, etcétera. Los síntomas relatados comenzaron inmediatamente después de que Donald Trump había sido elegido presidente y se comprometió a tomar medidas enérgicas contra las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Esto puso una mayor tensión en los diplomáticos estadounidenses.
No sabemos exactamente cómo comenzó la teoría del "arma sónica", pero de alguna manera lo hizo. Cuando esta historia se extendió entre los diplomáticos y sus familias, aumentó aún más su estrés diario. Y cada vez que alguien escuchaba un sonido extraño, como los que relatan algunas de las víctimas, lo atribuían al arma sónica. Su estrés aumentó, por lo tanto, los síntomas aumentaron, y la teoría del arma sónica aparentemente fue validada cada vez que alguien se sentía peor. Es una situación que se alimenta sola y se amplifica con cada iteración.
Un análogo cercano a esto es la hipersensibilidad electromagnética que estudiamos en el episodio 72. Las personas piensan que son alérgicas al WiFi. Cuando creen que existe una red WiFi, se vuelven ansiosos y estresados, y atribuyen los síntomas resultantes al WiFi. Cuanto más creen que está pasando, tanto peores son sus síntomas físicos reales, y más fuerte se vuelve su creencia en la aflicción malinterpretada. Así como esto le puede pasar a un individuo, también puede sucederle a un grupo que pasa mucho tiempo juntos y comparte los mismos entornos y factores de estrés.
Esto también explica por qué sucedió solo a los estadounidenses (más algunos canadienses) y no a los cubanos locales en las mismas casas y edificios. Es de esperar que un evento psicogénico masivo no afecte a los vecinos y empleados cubanos. Como cubanos, no tienen ninguna razón para pensar que serán atacados, y les falta el estrés de ser del país enemigo.
Es una explicación sólida con numerosos precedentes de la historia reciente. Encaja muy bien con la Navaja de Occam, ya que es una explicación común que no requiere que hagamos ningún cambio en nuestra comprensión de la física o la biología. Por supuesto, no sabemos que esto es, de hecho, lo que sucedió, pero a menos que surja alguna evidencia que demuestre una causa física, es la explicación mejor respaldada. Y eso, amigos míos, es cómo se hace ciencia.

Me disculpo por cualquier error en la traducción española:
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página creada el: 13 enero 2018 y puesta al día el: 13 enero 2018