La pequeña ciudad de Coglioniano
es famosa tanto por su altísima renta per cápita,
como para el cociente intelectual muy bajo de su población,
unido a un alcoholismo endémico: el coctel entre estas
características pone la ciudad como destinación
de estudiosos y de estafadores de cada tipo y de cada origen.
La preocupación principal (y a menudo la única)
de los habitantes de Coglioniano es de comprar y lucir trajes
de precio elevado, sin cuidar en todo de la calidad y la estética,
siendo solamente empujados por el terror de no parecer a la última
moda, entonces el paseo del domingo es para el turista una ocasion
única para burlarse un poco de los aldeanos.
¿Qué
ver?
El casco antiguo medieval ha sido substituido desde mucho tiempo
por una espesa muchedumbre de naves de uralita. En detalle la
antigua catedral del siglo XIII ha sido sometida a un restyling
para alojar un show-room de Dolce y Gabbana y un outlet de Gucci.
Los frescos de la escuela de Giotto que la adornaban han sido
despegados, abrigados en las salas de la sacristía y han
sido repintados en blanco, para ser utilizados como maxi-pantallas
para transmisiones de la TV en directo.
Festividades y tradiciones
populares
La festividad tradicional de Coglioniano es el desfile de los
SUV en el casco antiguo, que se repite en la ocasión de
cada campaña promocional de las compañías
automotoras. El aspecto espiritual de la festividad es garantizado
por una misa solemne, celebrada desde las 11.00 hacia las 11.02,
justo antes del coctel. Aunque el 99.9% de los habitantes declaran
ser católicos, la misa es seguida apenas por una vieja
fiel de 94 años, paralizada, que se saca del almacén
parroquial para la ocasión.
La tradicional elección anual del bobo de Coria fue en
cambio anulada desde algun tiempo, por causa de la imposibilidad
de elegir entre los numerosísimos candidatos, todos igualmente
dignos de ganar; la competición se desarrollaba en el palacio
de deportes de la aldea, pero el número de participantes
de las últimas ediciones sobrepasó el aforo de la
instalación, haciendo imposible la prosecución de
la iniciativa.
Compras
El casco antiguo de Coglioniano es lleno de joyería que,
incluso vendiendo justo Rolex falsos y bisuterías, tiene
precios de venta más altos que Cartier en Montecarlo. Los
precios elevados ponen los joyeros muy nerviosos, así que
reaccionan preventivamente disparando con pistolas de grueso calibre
por cada gesto del cliente que ellos juzgan sospechoso. Por esta
razón entre sus clientes se registra una mortalidad del
74%.
Las numerosas zapaterías de lujo venden exclusivamente
mocasínes, puesto que los habitantes de la ciudad tienen
apuros en atar los cordones de los zapatos. Por otra parte no
es posible comprar zapatos de cocodrilo puesto que una expedición
comercial coglionianés en África, a pesar de una
exhaustiva búsqueda, ha podido encontrar solamente cocodrilos
descalzos.
En la ciudad hay doce concesionarios semioficiales de la Ferrari,
que venden, con el 5% de rebaja desde el precio de listín,
modelos casi iguales a los originales, a excepción de la
carrocería en cartón y de la propulsión a
pedales, que obliga el conductor imitar con la boca el rugido
del motor, y accionar el especial limpiaparabrisas interior para
limpiar el parabrisas.
Gastronomía
La cocina de Coglioniano cuenta pocos platos, de baja calidad
y de precio astronómico. El más famoso es "el
sgrunf", hecho con nabos inmaduros, paja y trufas hervidas
por 24 horas, de modo que pierdan cualquier sabor.
En Coglioniano se crian cerdos, esmeradamente seleccionados para
la producción de carne y se alimentan tradicionalmente
con ostras, langostas y el champán milesimado, pero se
utilizan solamente para la producción de abono orgánico
y como bestias de carga.
En Coglioniano se pueden encontrar varios restaurantes, todos
con menús sobre 50 euros, aunque sirvan alimentos precocinados
calentados en el horno de microondas. Las horas de abertura son
desde las 11.00 hasta las 12.00, y entonces los cocineros vuelven
a sus casas. Fuera de estas horas sería posible dirigirse
a las charcuterías y cafeterías, si solamente no
fueran cerradas desde las 11.30 a las 17.30.
Circulación
Los coglionianeses conciben sólo desplazamientos en coche
y no toleran la presencia de áreas peatonales. La rígida
disciplina de los habitantes del lugar impone sin embargo a los
peatones que cruzen la calle solamente por el paso de cebra, por
lo tanto no es raro ver a personas, generalmente viejas, momificadas
en posición de espera al borde del paso de cebra, ya que
sin embargo los coches nunca paran.
Cada domingo el alcalde, para imitar las iniciativas de las otras
ciudades, proclama el bloqueo del tráfico en el casco antiguo.
Por un deplorable malentendido sobre el significado del término,
el bloqueo consiste en llevar todos los SUV en el centro de la
ciudad y dejarlos todo el día bloqueados allí con
el motor en marcha. A menudo los conductores, para matar el rato,
entablan también competiciones colectivas de dar gas.
Hospitalidad
En Coglioniano se hallan varios hoteles, todos con precios sobre
90 Euros por noche. Generalmente los hoteleros despiertan a los
huéspedes a las cuatro de la mañana argumentando
que "no estás a tu casa". En caso de que
se tenga que permanecer por más de una noche, es mejor
hacer su propia cama a solas, porque pedir al personal cumplir
con esta operación desencadena reacciones a menudo violentas.
Cómo llegar
allí
Por el coche, viniendo de la salida de Coglioniano de la autopista
A17, se tienen que embocar las primeras catorce rotondas, nunca
siguiendo las indicaciones por Coglioniano (cuando haya una),
sino ésas por el taller Europa (primeras seis rotondas),
y entonces por la mueblería Prezziamici (últimas
ocho rotondas). En la quinceava rotonda se debe esperar que pase
el camión con remolque rojo y negro de los camionajes La
Celere", siguiéndolo hasta que entre en el almacén
de la empresa, y continuar enfrente, hasta el primer semáforo
apagado, entonces esperándo que se encenda y se ponga en
verde, luego voltar a la izquierda, llegar a una rotonda, embocarla
a contramano, voltar donde es prohibido el acceso, y entonces
seguir el hedor de los gases de escape, hasta entrar en Coglioniano.
Contactos
Las oficinas del turismo coglionianés se pueden encontrar
en cada capital de provincia italiana y en cada capital europea,
y se quedan abiertas 24 horas al día.
Sin embargo reservar un hotel o un viaje para Coglioniano en estas
oficinas es difícil, ya que sus empleados son generalmente
poco sociables y locuaces y no aman que extranjeros visiten su
ciudad, y por esto se insolentan con los potenciales clientes
con mofas en sus defectos físicos, o preguntandole si podrían
realmente permitirse vacaciones en Coglioniano.
Por otra parte solicitan cada cliente pagar por adelantado 10
Euros por cada información pedida.