Algunos piensan que Razzogno es
la aldea que preservó de la mejor manera el orgullo de
sus propios orígenes y tradiciones, otros piensan que es
solamente una aldea de racistas de mierda.
Visitar este país puede ser difícil puesto que el
dialecto de Razzogno es tan áspero y cierrado que ningún
de los que lo hablan puede entender lo que él mismo dice.
En cualquier caso los habitantes del lugar rechazan hablar otros
idiomas o dialectos y nunca hablan con extranjeros.
Artesanía
En Razzogno es casi imposible comprar cualquier mercancía
ya que los productores son tan orgullosos y aficionados a sus
productos, que rehusan venderlos o aún, si lo hacen, enseguida
después de la venta, se arrepenten y asaltan a los nuevos
clientes para quitarles de nuevo la mercancía a son de
puñetazos y acusándolos intentar expropiar Razzogno
de sus propias tradiciones.
En cualquier caso la habilidad manual muy baja de la gente de
Razzogno, su capacidad de concentración muy débil,
y la carencia total de la inventiva y de fantasía que las
caracteriza, hace la artesanía local muy poco atractiva
para el turista.
Los productos típicos son: los mullidos
por almohadas en papel de periódico apelotonado, las
cestas de guijarros para lanzarlos
contra los inmigrantes, la pintura a
base de fimo para dibujar pintadas racistas en las paredes, los
bastones con contera de metal para palizas,
las cruces que blandir en desfile.
El producto más característico de la artesanía
de Razzogno es sin embargo la orina de cerdo
con denominación de origen, que los aldeanos suelen
derramar alrededor en el país y en los campos. Una superstición
local afirma de hecho que este gesto apotropaico evite el asentamiento
de mezquitas o de comunidades islámicas, que no tienen
de todos modos ninguna intención de establecerse en Razzogno.
El vertimiento de ese líquido da sin embargo al país
entero un olor característico, que se puede percibir incluso
de lejos.
¿Qué
ver?
En el centro de la aldea se halla el Museo
de la intolerancia, que incluye varias colecciones de pintadas
racistas, sexistas y discriminatorias, pero la visita es posible
sólo bajo permiso del personal de la taquilla, que generalmente
lo niega.
La catedral de San Bruto se puede visitar
solamente el domingo, en ocasión de la misa, y después
de aprobar una examinación de cultura litúrgica
que se desarrolla en latín ante una comisión de
obispos lefebvrianos. Puesto que se haya sido admitidos en la
iglesia se debe asistir obligatoriamente a la misa solemne en
latín, que dura cuatro horas y se debe escuchar hincados
de rodillas en garbanzos crudos y llevando un cilicio; las hostias
para la comunión son hechas de salvado prensado y pesan
300 gramos cada una.
Festividades y tradiciones
populares
El santo patrón de Razzogno es por tradición San Mertocio, un niño de tres
años que fue elegido papa en el año 126 antes de
Cristo y fue martirizado por tiros de kalashnikov mientras que
celebraba la misa por una célula de negros hebreos comunistas
porque rechazó substituir la hostia consagrada con una
jeringa de marijuana. La festividad ocurre en agosto y comtempla
una cacería humana de tres días para capturar a
cada inmigrante encontrado alrededor del país. Por causa
de la falta de inmigrados y la estación de verano en la
cual esa ocurre, la festividad inevitablemente termina con el
linchamiento de varios aldeanos que acaban de volver de las vacaciones
de verano, siendo por lo tanto bronceados.
Otras fiestas características son la conmemoración
histórica que anima las calles de Razzogno cada año
alrededor de Navidad, con la reconstrucción muy realista
de un pogrom, y las carreras de perros Rottweiler, que ocurren
cada año en verano.
Gastronomía
El clima de Razzogno, húmedo y frío, no es adecuado
para la agricultura, por lo tanto los campos y los huertos de
la aldea sólo producen malas hierbas y frutas incomibles,
que son exclusivamente consumidas crudas o hervidas largo rato.
La cocina de Razzogno por otra parte no incluye condimentos o
aromas. La catadura de los productos locales es sin embargo absolutamente
improbable, ya que en la aldea no hay restaurantes y ningún
aldeano de Razzogno nunca invitaría a almorzar un extranjero.
Entretenimiento
El pasatiempo tradicional de Razzogno son las rondas
nocturnas contra los inmigrados. En la aldea en realidad no
hay ningún inmigrado, ni siquiera de las aldeas vecinas,
y por lo tanto las rondas terminan con riñas y agresiones
recíprocas entre las varias pandillas de diversas tendencias
políticas (nazi, ku-klux klan, fascistas, racistas, anti-islámicos,
integristas católicos etc.) cuando se topan por casualidad
una en otra.
A las víctimas de las riñas durante las rondas se
deben sumar las que incurran en fracturas y luxaciones en los
días siguientes, deslizándose en la cera de las
antorchas, según el bien conocido "efecto Moratti",
que ya se experimentó en Milan.
Otro pasatiempo tradicional son los bloqueos
de protesta de las carreteras, conducidos por alcaldes y administradores
locales, en caso de crímenes ejecutados por inmigrantes
(o atribuidos a ellos). Las mejores degollaciones y estupros realizados
por los autóctonos, en cambio, no son objeto de protestas,
en cuánto se consideran como acciones normales, especialmente
en el caso que las víctimas sean las mujeres del lugar,
que se consideran como propiedad privada de los machos de la aldea,
y por lo tanto son fácilmente aceptadas como víctimas
de violencia.
Hospitalidad
Desde lejos las fachadas de los hoteles
de Razzogno parecen historiadas con valiosas miniaturas, pero
acercándose se puede constatar que los que parecían
jeroglíficos son sólo la larga lista de las nacionalidades
y de los orígenes geográficos que siguen el aviso:
Yo no puedo entrar fijado en la puerta de entrada.
Las paredes interiores de los hoteles en cambio son ocupadas por
la pintada: ¡vayan trabajar, holgazanes!
traducida en 387 idiomas y dialectos todavía hablados,
y en 129 idiomas muertas.
Antes de ser admitido en el hotel cualquier turista tiene que
pasar un período de cuarentena, ayuno y oración,
y pagar por adelantado el precio por las treinta próximas
noches.
Como llegar ahí
Ninguna muestra ayuda a alcanzar el país en coche, pero
en caso de que alguien tuviera éxito en hacerlo, es recomendable
acelerar al pasar el cartel "Bienvenidos en Razzogno"
detrás del cuál están emboscados los francotiradores
contratados por la oficina de turismo que son encargados de la
acogida a los extranjeros.
Contactos
La oficina de turismo se halla en plaza de la Horca y se ocupa
de la transferencia directa de los recién llegados en la
aldea al centro de permanencia temporal
"Augusto Pinochet", situado en el área del estadio
de Razzogno. Ya que la afluencia puede ser fuerte, es recomendable
reservar con cierta antelación para evitar quedarse sin
celda.