En los trabajos previamente
publicados (véase), nos hemos ocupado de la capa
inaguantable de silencio y de desorientación que en los
siglos impidió de apreciar los innumerables dones del ganado.
Sin embargo no tenemos que subvalorar otro aspecto de la bovinidad,
la capacidad de reunirse en bandas, incluso con objetivos criminales,
como consecuencia de la sociabilidad, que es una característica
de la especie.
En hecho la selección natural trajo el ganado riunirse
en grupos para defenderse de los predadores y propagar la especie,
y crear agregaciones criminales es la mejor manera de alcanzar
esta finalidad, más eficaz que la mera formación
de manadas desarmadas, a la merced de los predadores.
La prueba del éxito de esta estrategia es que la especie
de los bóvidos es difundida por todas partes en el mundo,
mientras que sus depredadores principales, si no son ya extinguidos,
se ponen en peligro de extinción; como por ejemplo el lobo.
A propósito podemos decir que evidentemente la "lupara",
escopeta recortada típica de la mafia, es una invención
de los bóvidos, concebida para el tiro contra el lobo (en
italiano: lupo).
El origen de la mafia vacuna data de un movimiento de la rebelión
contra la amputación de la cola, (en italiano: "coda")
nombrado "Coda nostra"; más adelante las vacas
lecheras pulleses constituyeron la "Sagrada Frisona Unida",
y las manadas sicilianas de raza Modicana se organizaron en bandas
lideradas por una vaca con ubre muy desarrollado conocida como
"Mammasantissima".
Los observadores más agudos del comportamiento vacuno juzgan
que la zootecnia en realidad no sea tanto una actividad económica
realizada por el hombre para conseguir productos animales y ganarse
la vida, cuanto por el contrario el resultado una actividad de
extorsión llevada contra el hombre por los vacunos, que
obligan con amenazas los criadores a alimentarlos y cuidarlos
diariamente.
También las bien conocidas "cuotas de leche"
se pueden considerar como una especie de chantaje de la mafia
impuesto por el ganado a los criadores, a través de la
Unión Europea, que en realidad es el instrumento de la
conspiración de los bovinos dirigida a la conquista de
la supremacía en el planeta.
Esta conspiración
tiene de hecho dimensiones mundiales, según lo probado
por la extensión planetaria de la banda Frisona-Holstein-Berrenda
en Negro; y no podemos evitar de relevar la analogía entre
"berrenda en negro" y mano negra" , con la
primera que dio probablemente su nombre a la segunda.
Otra evidencia de la existencia de la mafia vacuna es la característica
peculiar de los miembros de la mafia: la ley del silencio. En
hecho es renombrado que los bovinos no aman hablar, aunque puedan
perfectamente hacerlo (véase: vacunos hablantes).
Los lectores más ingenuos de este trabajo podrían
pensar que la carencia de noticias sobre la mafia vacuna pueda
ser una prueba de su inexistencia, no entendiendo que en cambio
es una prueba del contrario, ya que solamente una estructura muy
poderosa y tentacular podría ocultar las prueba de su propia
existencia, hasta llegar a ser perfectamente invisible, hasta
hacerse juzgar como no existente.
La conspiración
mundial
En realidad la mafia vacuna, aunque sea poderosa, es solamente
una articulación de una conspiración mundial más
amplia, llevada por siglos por la especie bovina para dominar
el mundo: está extremadamente claro que toda la historia
de la humanidad revela la dependencia absoluta de todos los acontecimientos
humanos de la voluntad de los bóvidos.
El autor de esta obra ha llevado a cabo una larga serie de investigaciones
sobre textos secretos, guardados por los archivos secretos de
CIA, FBI, Vatican, asociaciones de granjeros y KGB, y que él
no tiene el permiso de divulgar, que de cualquier modo demuestran
de manera indiscutible lo qué afirma.
Algunos ejemplos:
El nacimiento de
Roma, (que no por casualidad comenzó con el trazado de
un surco por medio de un toro y de una vaca, uncidos juntos) y
la siguiente extensión del imperio romano en tres continentes
ha sido solamente un instrumento finalizado para permitir la difusión
del ganado. Por otra parte el alto desarrollo económico
de Roma, que tenía la madera como fuente de energía
y de materias primas, causó la deforestación en
inmensas áreas del viejo mundo, con el consiguiente aumento
de áreas de pasto disponibles para el ganado.
La prueba de esto está en las sucesivas invasiones barbáricas
que pusieron fin al imperio romano: una vez las áreas de
pasto para los ganados habían sido creadas, no necesitaba
más la existencia del estado imperial, sino que por el
contrario era tiempo de introducir nuevas manadas de ganado, como
las que pertenecían a la cepa podólica. Esta misión
fue llevada a cabo por medio de las poblaciones humanas nómadas,
conducidas por sus amos bovinos desde las estepas asiáticas
hacia el corazón de Europa. Como todos saben los bárbaros
manifestaron su sumisión cultural a los bóvidos
llevando yelmos dotados de cuernos.
Hacia el final del décimo quinto siglo la cumbre del ganado
estimó que los recursos disponibles para los bóvidos
en Europa casi fueron agotados, y por lo tanto forzaron Cristóbal
Colón a descubrir América, con la única finalidad
de proveer nuevos pastos a los ganados, que en hecho ahora colonizan
sin oposición los llanos de Argentina, Brasil y Estados
Unidos.
Más adelante, la guerra de los treinta años (1618-1648)
fue solamente un conflicto entre bóvidos holandeses, daneses
(Holstein) y españoles sobre la superioridad genética
de las diversas razas, que entonces fue combatida por poder, por
los seres humanos, ya que la especie vacuna no piensa que sea
oportuno derramar su propia sangre en guerras inútiles.
También la difusión de las religiones monoteístas
ha sido dirigida por los ganados, ya que permitió limitar
la difusión de la especie ovina, por medio de las inmolaciones
rituales de corderos.
Se debe entonces considerar como no casual el hecho que el símbolo
del evangelista Juan sea un buey, el emblema de la sabiduría
y de recta guía para la humanidad: en efecto un estúpido
error de perspectiva hace creer que sea el arador que conduce
el buey en la aradura y en la tracción de carros, mientras
que es obvio que es el buey, que camina en una posición
más avanzada, el que elige la destinación.
Podríamos mencionar muchos otros ejemplos que demuestran
de una manera evidente cómo en cada acontecimiento de la
historia humana se revela una trama vacuna, pero esto expondría
el autor de esta obra como posible blanco de represalias y intimidaciones
de las bandas de ganado. Por estas razones el abundante material
documental recogido, que incluye las pruebas indiscutibles de
la conspiración de los bóvidos, no será divulgado
por el autor, sino será guardado en un lugar seguro a disposición
de la posteridad.