En una precedente obra (el
vuelo bovino: una realidad negada) hemos demostrado cientificamente
la capacidad peculiar de la especie bovina de alzarse en vuelo
y emigrar.
Ahora es el tiempo de levantar el velo de silencio que cubre otra
realidad indiscutible referida al ganado: su origen extraterrestre
y su llegada en la tierra con astronaves propulsadas a estiércol.
Todos tenemos presente el parecer tradicional de los extraterrestres,
por un encuentro cercano o por la narración de un amigo:
sabemos que tienen antenas, piel verde y una cara peculiar (foto 1): ¿cuál otro animal
terrestre corresponde a esta descripción más que
un vacuno? Las antenas son obviamente cuernos sin punto, el color
verde es evidentemente derivado del color de los pastos, hábitat
natural de nuestros rumiantes, mientras que el hocico de los vacunos
se debe seguramente considerar anómalo comparado a una
cara humana (foto 2): nadie
podría confundir a un bovino con un ser humano, como nadie
podría confundir a un ser humano con un extraterrestre,
y ésta es la demostración científica de nuestra
hipótesis.
No se puede tener dudas sobre la constelación
de origen del ganado, que es obviamente la del Tauro: queda solo
que comprender si la constelación toma su nombre de nuestros
simpáticos amigos rumiantes o si fue el ganado que tomó
su nombre desde su lugar de origen, como por otra parte sucedió
a los Etruscos, que vinieron de la galaxia HTRSX (aún desconocida)
y desearon mantener el nombre de su lugar nativo (véase
nuestro trabajo en 16 volúmenes: "Porsenna era un
alienígena: una realidad negada").
Los aterrizajes de ganado ocurrieron y todavía suceden
sobre todo en campos de maíz (foto
3), para permitir que los rumiantes se reconforten después
de una larga transhumancia interestelar, así que nosotros
podríamos asumir que el descubrimiento de América
ocurrió debajo un estímulo (secreto) del ganado,
para permitir la introducción en Europa del maíz,
aumentando así los lugares de aterrizaje/ descanso para
el ganado transgaláctico.
El viaje de vuelta hacia la galaxia de origen sucede por medio
del teletransporte (foto 4,
5 y 6)
aunque no sea raro el acontecimiento de vacuno cósmico
secuestrado por extraterrestres de otras especies (foto
7 y 8).
Sería de todos modos estúpido pensar que las astronaves
del ganado aterrizaron solamente en nuestro planeta: se documenta
de hecho que los astutos y trabajadores rumiantes colonizaron
varios planetas y satélites de nuestro Sistema Solar. Sin
olvidar la fuerte relación entre la vía láctea
y el vacuno de leche, aquí está una breve reseña
de los datos científicos disponibles:
Vacuno lunar
Es bien sabido que el área
de origen de la raza Frisona es la luna, en cuya superficie fué
avistada y documentada muchas veces (foto
9, 10, 11,
12).
También la raza Podolica tiene un
claro origen lunar, como es demostrado por la capa gris, idónea
para mimetizarse sobre la superficie lunar, mucho menos sobre
la de la tierra (foto 13 y
14).
La renombrada cantilena anglosajona por niños:
(Hey diddle diddle, el gato y el violín,
/ la vaca saltó sobre la luna / el perrito se reió
al ver tal juego,/ y el plato huyó con la cuchara)
parece se pueda referir a la raza Hereford (foto
15), y atestigua las primeras tentativas de transhumancia
en el espacio, con los accidentes consiguientes (foto
16), probablemente debido a conspiraciones intergalácticas,
que luego condujo a las más seguras astronaves ganaderas
(foto 17), hechas famosas también
por las historietas (foto 18).
Entre las otras razas de ganado de más cierto origen lunar
mencionamos a la Pontremolese (foto
19) cuya área nativa (la Lunigiana) es una clara
referencia al satélite de la tierra, mientras que la Chianina
(foto 20) es la raza predominante
en el Alpe de la Luna, un lugar que habría podido ser elegido
solamente por criaturas que venían de otros mundos. La
elección de regiones que recuerdan el lejano satélite
nativo es no solamente una evidencia del origen extraterrestre
de la especie bovina, sino también una prueba de la nostalgia
profunda del ganado por su planeta de origen.
Debemos por otra parte preguntarnos qué alimento podría
encontrar el ganado en la superficie al parecer estéril
de la luna, y sobre esto podemos sugerir dos hipótesis:
la primera es que la luna sea cubierta por plantas invisibles,
pero de cualquier modo nutritivas, la segunda es que la microflora
de la panza del ganado lunar incluya también unas especies
capaces de digerir la roca, como Ruminobacter petrivorus, Clostridium
lunaris, Ruminococcus selenicus, idóneas a proporcionar
energía y elementos nutrititivos a su organismo hospedero.
Vacuno marciano
Marte, el planeta rojo, debe su
color a los innumerables vacunos de raza Salers (foto
21) que pastan en su superficie, pero también es
poblado por ganado de otras razas de capa roja, como la Modicana
(foto 22), la Limusina (foto 23) y la Highland (foto
24). Los minerales de hierro que abundan en Marte dan
a la carne de su ganado un color rojo brillante que es apreciado
particularmente por los extraterrestres carnívoros, que
de todos modos pueden raramente coger ganado, considerado su perfecto
mimetismo. Parece que el ganado marciano sea particularmente agresivo,
en acorde con el dios de la guerra que da nombre al planeta. Por
lo tanto el fracaso de varias misiones de exploración de
Marte lanzadas de la tierra se podría atribuir a ataques
de ganado.
Vacuno venusino
En Venus son documentadas las razas
Piamontesa (foto 25) y Blanco
Azul Belga (foto 26),
que debe su color a los peculiares minerales que existen solamente
en este planeta; la presencia de estas razas con hipertrófia
muscular puede ser debida a un particular efecto de hinchazón
inducido por la diosa del amor a quien el planeta es dedicado.
Venus por otra parte tiene una presión atmosférica
90 veces más grande que la tierra, y esto explica la presencia
de razas de baja estatura como la Aberdeen Angus (foto
27), cuya capa negra es producida por la alta temperatura
del planeta (480°C).
Vacuno jupiterino.
En Júpiter son presentes
principalmente antiguas razas con aptitud trabajo como la Maremmana
(foto 28) y la Romañola
(foto 29), aunque el nombre
de la primera podría recordarnos el planeta Marte, o los
"mares" de la Luna, evocada también por los cuernos
en media luna de sus toros; el origen jupiterino de las razas
de trabajo podría explicar la etimología de la palabra
"yugo", que obviamente tiene el mismo origen. Júpiter
es una inmensa esfera de gas, producido probablemente por las
emisiones de los mismos vacunos. Debemos por otra parte recordar
que uno de los satélites de Júpiter está
nombrado Europa (foto 30), del
nombre de la mozuela mitológica secuestrada por Júpiter
mismo, convertidose en toro, mientras que otro satélite
se nombra Ío (foto 31),
del nombre de otra mozuela mitológica, convertida por Júpiter
en una novilla (en latino la novilla se llama "iuvenca",
palabra muy parecida a Iovis, que significa Júpiter en
los casos oblicuos: ¿es solo una coincidencia?).
Debemos por otra parte poner en guardia
contra posibles episodios de antropofagia por obra de ganado galáctico,
que, aunque no frecuentes, no son excepcionales (foto
32): parece que los vacunos alienígenas (foto 33) se alimenten principalmente
de gatos (foto 34) y pájaros
(foto 35 y 36),
pero no es de todos modos recomendable acercarse al ganado en
libertad, a menos de ser absolutamente seguros que ellos no sean
extraterrestres, pero es más sabio dejar esta evaluación
a los expertos del ramo (véase nuestro: "Evaluación
morfológica y funcional del ganado de raza Blanca Extraterrestre").
Los pastos del ganado alienígena pueden además ser
peligrosos también por el lanzamiento de astronaves ganaderas
propulsadas a estiércol (foto
37), que podrían quemar (foto
38) a quién se encontrara cerca del cosmódromo
vacuno (foto 39).
En conclusión debemos estigmatizar el obtuso escepticismo
del mundo científico, que no se rende ni siquiera antes
de evidencias fotográficas y de teorías científicas
válidas, aunque podríamos suponer que sea el mismo
ganado a ejecutar obscuros manejos de desorientación para
ocultar su origen extraterrestre, y para ocultar probablemente
su conspiración para tomar la posesión de la tierra
(véase nuestra obra: "George Bush es un novillo
alienígena y él va a destruir nuestro planeta").