TURÍN. Pocos se lo acordarán, pero hace treinta años, en 1971, nació uno de los coches utilitarios más importantes de la historia de Fiat: el 127. Este modelo fue importante no sólo porque fue producido, hasta 1987, en 3.700.000 ejemplares o porque ganó el título de "Coche del Año" en 1972, sino principalmente porque fue uno de los primeros coches de tracción delantera del grupo Fiat (después del Primula Autobianchi de 1964 y del Fiat 128 de 1969). Pero el 127 fue también un automóvil simbólico de la habilidad toda italiana de diseñar, proyectar y construir pequeños coches, dado que el estadounidense Lee Jacocca, uno de los managers más importantes en la historia automovilística del mundo, reveló en los años ochenta que la primera versión del Ford Fiesta fue concebida prácticamente copiando el 127. Los dos volúmenes del automóvil diseñado por Pio Manzù (un joven diseñador del Centro de Estilo Fiat prematuramente fallecido) demostraba, entre otras cosas, no sólo una investigación estilística que empezaba a pensar también en la aerodinámica destinada a los coches de grande tiraje, sino también una pureza de líneas que todavía hoy se percibe, por ejemplo, en el trasero y en la proporción entre plancha y partes vidriadas. Los 127 fueron construidos al principio con una tapa para el maletero que ya en 1972, con el "3 puertas", se convirtió en un ancho portón trasero para hacer más fácil el acceso al maletero. Esto hoy es absolutamente común en los dos volúmenes, pero en aquel entonces no era tan descontado. Del 127, en sus 16 años de historia, se cuentan casi tres series principales y cerca de veinte versiones y variantes: entre éstas hubieron también un 5 puertas, un station wagon que, entre otras cosas, dio origen a la furgoneta Fiorino, las versiones Sport y "Rustica": un extraño automóvil con tracción en dos ruedas que "tenía que parecer" un coche con tracción total y que en sus equipamientos interiores confirmaba, desafortunadamente, su propio nombre. Los 127 tenían un precio de lanzamiento de 920.000 liras, cerca de 15 millones de hoy (7.700 n.d.t.) y en él se estaba aun confortables, por lo menos comparado con los estándares de esas décadas. Tenía también una buena capacidad de carga tanto en configuración normal como en aquella, entonces un poco inusual, con los asientos posteriores bajados. Que el 127 fuera un automóvil "moderno" para el período en el cual fue concebido y construido es confirmado, por fin, por su mecánica. Los esquemas de suspensión, frenos y dirección se tomaron prestados de aquellos, inéditos, del nuevo Fiat 128 y solamente el motor, al principio, derivaba del precedente Fiat 850: un motor de 4 cilindros de 903 cc de 47 CV, acoplado con una caja de cuatro cambios que por otra parte fue continuamente actualizada y tuvo una carrera decorosa. Mas en el 127 fueron montados también un motor de 1.050 cc de 70 CV (para el modelo Sport de '78) y un ruidosisimo diesel de 1301 cc y 45 CV. Y además, dado que fue también construido en el Brasil (tras de que por la casa española Seat y por la yugoslava Zastava) hasta un propulsor de alcohol de caña de azúcar.