La natación bovina: una realidad negada
de Andrea Gaddini
Instituto de Oceanografía Zootécnica de Sierra Nevada

Parece que la especie vacuna sea condenada a ser desacreditada y calumniada: en un precedente trabajo (El vuelo bovino: una realidad negada) hemos visto como el poder dominante de la ciencia oficial haya encubrido la realidad innegable de la habilidad de volar del ganado. El mismo obtuso velo de silencio cubre otra verdad indiscutible: la habilidad natatoria bovina (foto 1).
En Italia es posible encontrar precisas evidencias de esto: recordamos los islotes sardos llamados "el Toro" (
foto 2) y "la Vaca", con el escollo "el Becerro" (foto 3), cerca de Sant'Antioco (Cagliari), (véase también el sitio), mientras que, siempre en Cerdeña, hay la famosa Cueva del Buey de Mar (foto 4) en el ayuntamiento de Dorgali (Nuoro), además de la homónima cueva en la isla de Filicudi, en el archipiélago de las Eolias, en Sicilia; estos topónimos atestiguan claramente los hábitos acuáticos de esta especie, renombrados por la sabiduría popular y ancestral, y borrados en modo irresponsable por el progreso científico y tecnológico.

No puede ser por casualidad si todas las razas de ganado del mundo se originaron en las áreas costeras (Frisia, Holstein, Normandía, Asturie), y nada menos que en las islas (Jersey, Guernsey, Gran Bretaña, Sicilia y naturalmente Cerdeña).
Otra evidencia de la vocación acuática de los bóvidos es la etimología de una de las razas de ganado más difundidas en el mundo, la Simmental (foto 5), cuyo nombre ingenuamente (o con fraude) se considera derivado de un nombre geográfico (en alemán "valle del río Simme"), mientras que es claramente relacionado con "schwimmen", que en alemán significa "natación" y es obvio que no se puede nadar en un pasto, sino solamente en el agua. Otra raza muy difundida es la Parda Alpina (foto 6), al comienzo llamada Schwitz, cuyo nombre se hace remontar al homónimo cantón suizo, mientras que deriva claramente de la palabra alemana "schwitzen", que significa "sudar", reacción típica de quién hace un esfuerzo atlético prolongado, como una larga nadada. Por otra parte una de las razas típicas italianas de carne se llama Maremmana (foto 7), con clara referencia al mar, confirmando nuestras declaraciones anteriores.
En inglés la acción de dirigir una nave se define "steerage" y está claro que el término viene de la necesidad de cambiar el curso de la nave para evitar colisiones con los bueyes ("steers") en natación.
Debemos razonablemente juzgar que los vacunos tengan una vida anfibia, alternando períodos acuáticos y terrestres, pero no podemos excluir la existencia de ganado salvaje que pase toda su vida en el agua, lejos de la costa, demostrando probablemente una adaptación a la vida enteramente acuática, por ejemplo con dimensiones del cuerpo muy aumentadas; esto podría explicar el avistar de seres vivientes no identificados que podrían en realidad ser grandes vacunos acuáticos, como el monstruo del lago Ness en Escocia (nombrado Nessie, típico nombre de vaca lechera) o Mokele Mbembe en Congo; el nombre de este, según las fuentes oficiales, significa "el que para el flujo de los ríos", mientras que según fuentes confidenciales en nuestra posesión significa "la gruesa vaca del agua, pero muy muy gruesa", y esto es desde luego confirmado por el rasgo onomatopéyico del nombre, rico de "emes".
Muchas razas vacunas demuestran las capas miméticas típicas de los animales acuáticos, con la región ventral y la faz interna de los miembros mucho más claras que el resto del cuerpo (
foto 8). Sin embargo el mimetismo no es bastante para explicar la rareza extrema con que se avista el ganado en el mar y se debe por lo tanto rendirse ante la evidencia: los vacunos de mar son entrenados por inmersiones muy prolongadas. Estas se pueden realizar solamente con otra adaptación a la vida acuática, por ejemplo modificaciones de la panza, para hacerla disponible como vejiga natatoria, o como reserva de aire para largas inmersiones en apnea. Esto es confirmado por el excepcional documento fotográfico que representa una novilla en inmersión ¡desde nada menos que 26 minutos! (foto 9).
Por otra parte los vacunos tienen un patrimonio genético de 60 cromosomas, 14 más que la especie humana, y esto nos hace creer que tengan necesariamente capacidades extraordinarias, más altas que los seres humanos, incluyendo el vuelo o la natación durante mucho tiempo en inmersión.
Es obvio que, con respecto de los cetáceos, los vacunos mostran adaptaciones a la vida acuática menos perfeccionadas, que de todas maneras no les impiden de exhibirse en actuaciones acrobáticas, precisamente junto a los cetáceos (
foto 10).
La alimentación de los vacunos durante la fase marina de su ciclo vital es constituida principalmente por algas marinas, que cosechan y amontonan con sus cuernos. Pero el hecho que en las ganaderias terrestres los bovinos se alimenten también de harina de pescado, no demostrando ningún problema, nos hace pensar que los rumiantes salvajes integren su dieta también con plancton o con pequeños pescados, que cogen con habilidad inesperada. También las vacas que pastan en tierra van a menudo en busca de cursos de agua para capturar truchas y salmones de los cuales son golosas
(foto 11).

La vocación acuática de la especie bovina está de todos modos viva incluso en los animales criados (foto 12, 13 y 13a), que son a menudo pillados nadando en las piscinas públicas (foto 14, 15, y 16 ), con obvios problemas de higiene y orden público.
Por otra parte los criadores no aprecian las actuaciones natatorias de sus animales, cómo es probado por el acontecimiento de las seis vacas Charolesas del Yorkshire oriental que, después de haber atravesado a nado el río Humber, por razones conocidas solo a ellas, fueron capturadas y reconducidas atrás nada menos con un helicóptero (foto
17 y 18).
Debemos desmentir con fuerza a la hipótesis que el avistar
de ganado de mar se refiera en realidad a los sirenios, como el dugong o el manatí (foto 19) que, a pesar de ser llamados también "vacas de mar", son completamente incapaces de mugir o de rumiar, y nunca fueron avistados en los pastos suizos o austríacos.
La peculiar habilidad natatoria del ganado puede explicar seguramente sus migraciones: en detalle, en el caso de la Australia, la presencia de razas británicas de ganado en el hemisferio austral no puede ser justificada por un posible transporte vía nave por obra de los colonos ingleses, sino es explicada de una manera más fácil con masivas migraciones a nado de ganado, confirmadas por la peculiar aptitud al agua de los vacunos australianos (
foto 20).
Hace no muchos años se dió publicidad a una renombrada marca de atún llamandola "chuletón del mar": fue un clamoroso autogol, una admisión del hecho que el producto vendido como atún es en realidad carne de vaca acuática, pescada (o cazada) en modo fraudulento, en el ámbito de una diabólica conspiración del silencio.
De todos estos hechos se plantea un problema: ¿la carne de vacuno acuático debe ser acompañada por vino blanco o tinto? El clarete podría ser una componenda razonable; ¿por otra parte, en una ensalada o en un risotto con mariscos sería correcto agregar carne de vacuno acuático? ¿Y por un católico observante podría la carne de buey acuático ser considerada comida de vigilia?

Esperamos que este trabajo pueda haber facilitado el acercamiento entre seres humanos y ganado del agua (foto 21) y dado una contribución para disipar la cortina de humo obscurantista que oculta hechos evidentes como el vuelo y la natación de los vacunos o que las licuadoras (foto 22) funcionen solo gracias a un minúsculo hombre incansable que corre muy rápidamente en círculo chillando en voz alta (véase nuestro trabajo en cuatro volúmenes: "Las licuadoras funcionan solo gracias a un minúsculo hombre incansable que corre muy rápidamente en círculo chillando en voz alta"). La ciencia oficial utiliza toda su energía para evitar que la verdad saque a flote, pero no nos dejaremos intimidar y seguiremos derecho por el camino recorrido por Galileo y Einstein.

Me disculpo por cualquier error en la traducción española:
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otras obras de incómoda divulgacción científica sobre los bovinos:

página creada el: 10 abril 2006 y puesta al día el: 30 octubre 2010