Romeo Frezzi era un carpintero socialista italiano originario de Jesi, en la provincia de Ancona, asesinado de una paliza por la policía cuando tenía treinta años, el 2 de mayo de 1897 en la cárcel de Roma en San Michele a Ripa, mientras lo interrogaban por el atentado del anarquista Pietro Acciarito al rey de Italia Humberto I.
Vida
privada
Romeo nació
el 17 de agosto de 1867 en Jesi, hijo de Giovanni y Palmira Felcina,
y en octubre de 1891 se mudó a Roma, donde estableció
su residencia. El 16 de octubre de 1892 en las oficinas municipales
del Capitolio se casó con
Assunta Franchi, diez años mayor que él, de Matelica,
en la provincia de Macerata. El matrimonio fue celebrado por el
profesor Orazio Marucchi, concejal
municipal para los Católicos y arqueólogo de fama
mundial. Romeo y Assunta se habían conocido en Jesi cuando
él fue a pulir muebles en la casa de un abogado para el
que ella trabajaba como empleada doméstica. Según
algunas fuentes, la pareja tuvo dos hijos, pero esto no resulta
en los registros civiles, y no se mencionan niños en las
historias relacionadas con el caso Frezzi.
En la capital, Romeo comenzó a trabajar en la carpintería
de Oreste Palmieri en via della Chiesa
Nuova, 17, y se fue a vivir con Assunta en via
Margutta, 29A, (número 19 según el certificado
de defunción, número 59 según un informe
de la policía). En una entrevista con el diario socialista
Avanti! del 5 de mayo de 1897 ("Un delitto della
polizia", es decir, "Un crimen de la policía")
Oreste Palmieri relató: "su conducta fue, en todos
los aspectos, excelente. Se dedicaba al trabajo y tenía
costumbres honestísimas, se retiraba temprano y no frecuentaba
malas compañías. Nunca expresó propósitos
sanguinarios. Por la mañana llegaba puntualísimo
al taller y nunca perdió ni un día de trabajo por
negligencia". Romeo había ganado el primer premio
en el concurso de carnaval por una pequeña logia de estilo
griego que había construido para la condesa Ubaldelli.
Avanti! del 4 mayo lo describe como "un joven
nervudo con cabello oscuro y rizado, con los ojos vivos de
trabajador rápido e inteligente".
Vida
política
La policía
presentó a Frezzi como "anarquista peligroso",
aunque en realidad era socialista, después de ser republicano
en el pasado. La policía y la prensa burguesa estaban muy
confundidos entre las diversas ideas opuestas al sistema y a la
monarquía, y a menudo clasificaban bajo la definición
de "anarquistas" los subversivos de cualquier tendencia.
Esta etiqueta también se usó de manera instrumental,
porque el arresto de un anarquista causaba menos alarma en la
opinión pública que el encarcelamiento de un republicano
o un socialista (Coletti).
Desde una nota publicada por Avanti! del 4 mayo 1897 resulta
que Frezzi "en su primera juventud había pertenecido
a los círculos republicanos del Lacio, luego, cuando se
fundó la sección del partido socialista en Roma,
había entrado resueltamente en nuestro partido, abrazando
la nueva fe con todo el ímpetu de su alma sincera y generosa.
Por lo tanto, aparece aún más descarada la mentira
de la jefatura de policía que lo nombra "anarquista
peligroso", Por el contrario, la Sociedad "Giuseppe
Garibaldi" comunicó al diario socialista que Frezzi
había sido miembro desde su fundación y era afiliado
del Partido Republicano Italiano.
Sin embargo, Romeo asistió, aunque no regularmente, a las
reuniones de los socialistas en la sede de via
del Pantheon, 57, como lo demuestran las notas que los Guardias
de la Ciudad enviaban a la jefatura de policía, especificando
los los horarios de inicio y fin y los participantes en las reuniones.
También Vittorio Lollini, el futuro abogado de la viuda
de Romeo, y los dos satíricos de Avanti!, Guido
Podrecca, autor de los textos y el humorista gráfico
Gabriele Galantara tomaban parte en
las reuniones en la sede socialista (AdS).
Después de su muerte, Eolo Varagnoli en "L'Avvenire
sociale" del 9 mayo 1897 ("Orrendo assassinio!..."
es decir, "¡Horrendo asesinato!") lo recordó
así: "Era un orgulloso rebelde. Y esto explica
por qué pertenecía al partido republicano, al partido
socialista, y por qué siempre estuvo involucrado en las
redadas de anarquistas".
En octubre de 1895 fue condenado a ocho días de prisión
por una "manifestación sediciosa" contra
el primer ministro Francesco Crispi,
que daba un discurso en el teatro Argentina,
en la ocasión del banquete celebrado en la víspera
de las elecciones de mayo de 1893.
El
atentado de Acciarito
Poco después
de las 14:30 h del jueves 22 de abril de 1897, Pietro Acciarito,
un cerrajero anarquista de Artena (provincia de Roma), intentó
matar al rey Humberto I con una daga
que él mismo había fabricado, en Roma, en la via
Appia a la altura del Ponte Lungo
(el lugar es descrito como "a la altura del vicolo del
Mandrione" o "entre vicolo della Morana y el
cascinale dei Voltoni"), mientras se dirigía
en un carruaje abierto Victoria al hipódromo de Capannelle,
para asistir al Real Derby de galope. La ocasión de la
presencia del rey al Derby era la celebración de su 29°
aniversario de bodas con la reina Margarita. El atentado no tuvo
éxito porque el cochero Arcangelo Serpe logró girar
bruscamente el carruaje, golpeando al asaltante con un guardabarros
y haciendo que la puñalada no alcanzara su objetivo, rasgando
en su lugar la capota doblada del carruaje (G.A.R.). Al cavalier Leopoldo Galeazzi, inspector
general de seguridad pública, que despotricaba contra él
por haber atacado al rey, Acciarito respondió: "¡Aquí
no se come más! ¡Tenemos que hacer algo!"
(Felisatti), y durante el juicio dijo que
estaba particularmente indignado por el hecho de que el rey había
ofrecido un premio de 24 mil liras al caballo ganador, mientras
que muchos italianos, incluido el mismo Acciarito, estaban en
graves dificultades financieras (Centini).
Para dar una medida de la cantidad otorgada como premio al caballo,
debe considerarse que en la época del atentado de Acciarito,
el salario promedio anual de un obrero era de 680 liras, el salario
de un campesino era de 150 liras más una pequeña
superficie de trigo y una de habas, mientras que el salario de
las mujeres rondaba las 200 liras (G.A.R.).
Ya en el pasado, Humberto había sido blanco de atentados:
el que se acercó más al éxito fue ese del
17 de noviembre de 1878
en Nápoles, por obra de Giovanni
Passannante, de Salvia di Lucania. Sin embargo, después
de tres años del ataque de via Appia, Humberto fue matado en Monza por el anarquista Gaetano Bresci (véase mi página sobre él).
Después del atentado
de Acciarito, los investigadores necesitaban encontrar a sus cómplices
para demostrar la existencia de una conspiración, incluso
para redimir la grave falla en la vigilancia que había
permitido al asaltante acercarse al rey con un arma. Como resultado,
numerosos anarquistas, socialistas y republicanos fueron retenidos
e interrogados por la policía, principalmente en el barrio
de Esquilino, donde vivía el atacante, en via Macchiavelli.
Muchos de los arrestos fueron ilegales, porque no autorizados
por un magistrado. Los presos fueran encerrados en el antiguo
convento de San Michele a Ripa, convertido en ese momento en una
especie de depósito de la jefatura de policía, presidiado
por el vicesargento Domenico Mellace y seis guardias, Romolo Omut,
Antonio Mazzaglia, Giovanni Campana, Domenico DAvanzo, Filippo
Sinopoli y Bonfiglioli.
El
arresto de Frezzi
Seis días
después del atentado, el miércoles 28 de abril,
la policía fue a la antigua casa de Romeo Frezzi, donde
la casera, la Sra. De Bianco, les dio la nueva dirección.
Al día siguiente, jueves 29 de abril, al mediodía,
el delegado de policía (comisario) Palmieri y dos guardias
fueron a la casa de Frezzi en via Margutta, donde encontraron
a su esposa, mientras Romeo estaba trabajando en la carpintería.
El delegado le pidió a Assunta que fuera con ellos al taller,
donde ella entró primero y abrazó con preocupación
a su esposo, quien la tranquilizó, ya que él no
había cometido ningún delito. Cuando regresaron
juntos a Via Margutta, se llevó a cabo el registro en presencia
de los Frezzi y se encontraron unos opúsculos y una foto
grupal de ocho socialistas, que fueron secuestrados con el aviso:
Venga esta noche recobrarlos a la jefatura de policía.
Sin embargo, desde la jefatura de policía, Romeo Frezzi
nunca regresó, sino tuvo que someterse durante tres días
a un duro interrogatorio del inspector Luigi Vescovi. El sábado
1ro de mayo, el delegado Alcide Luciani, junto
con el inspector Vescovi, fue específicamente a interrogarlo
desde la jefatura de policía, entonces ubicada en el convento de los Servitas en San Marcello
al Corso, a la prisión de San Michele a Ripa, donde mientras
tanto Frezzi había sido transferido.
La
foto de los ocho socialistas
La foto secuestrada
a Romeo Frezzi, tomada un año y medio antes por el fotógrafo
Fiorani de Piazza Guglielmo Pepe, representaba a un grupo de ocho
socialistas, uno de los cuales mostraba un gran retrato de Nicola Barbato, el líder
socialista de Piana degli Albanesi
(provincia de Palermo) que había sido uno de los líderes
del levantamiento de los Fasci Siciliani de 1894, y que a principios
de 1897 estaba en Creta para luchar junto a los griegos por la
independencia del Imperio Otomano.
Las personas retratadas en la imagen eran socialistas de Mercato
Saraceno (provincia de Forlì, en Romaña), algunos
de los cuales residían en Roma: Tarciso Zappi, Giuliano
Pierantoni, Giovanni Pieraccioni, Angelo Moroni, Secondo Orsini
y Pellegrino Zani, y además aparecían Cherubino
Trenta, él también romañolo, y Pietro Acciarito,
parcialmente escondido, que se había casualmente unido
al grupo al momento de sacar la foto. En la imagen de gran formato,
el grupo estaba de pie delante de un muro en el cual aparecía
la inscripción Viva il Socialismo. Frezzi
explicó que había comprado la foto siendo admirador
de Barbato, mientras que no conocía a Acciarito, ni a las
otras personas retratadas (Fasanella et al.). El gerente responsable y redactor de Avanti!
Cherubino Trenta tenía la foto y se la ofreció
al diario, que la rechazó; luego él la ofreció
a otros periódicos, porque retrataba, entre otros, Pietro
Acciarito. La presencia en la foto del atacante hizo que la imagen
se convirtiera en una herramienta fundamental para los investigadores,
para tratar de probar la existencia de una conspiración,
ya que faltaba cualquier otra pista útil para este propósito (Felisatti).
El
asesinato
El domingo 2 de
mayo, probablemente alrededor de las 3 de la tarde, Romeo Frezzi
se murió en el San Michele, y la máquina de las
maniobras de distracción se puso en marcha de inmediato,
como en muchos otros casos en las décadas siguientes. La
muerte fue atribuida al suicidio con esta nota del infame "libro
negro" de la policía, desde Avanti! del
4 mayo: "Hoy, a las 5 de la tarde, cierto Frezzi Romeo,
carpintero, anarquista de 29 años, recluido por medidas
de seguridad pública se suicidó, golpeándose
la cabeza contra la pared" y más allá:
"posteriormente el cuerpo de Frezzi fue visitado por el
Dr. Malpieri, y al no haber encontrado ninguna lesión aparente,
juzgó que el propio Frezzi se había muerto de aneurisma.
La autoridad judicial fue informada".
De acuerdo con Avanti! el Dr. Malpieri, experto de la jefatura
de policía, habló sobre las causas de muerte sin
haber realizado ningún examen especial y sin haber visto
el cuerpo dado que ya estaba oscuro. Los guardias le habrían
dicho que hasta unos minutos antes el prisionero paseaba tranquilamente
y de repente cayera al suelo, el médico habría dicho:
"habrá sido un aneurisma", poniendo fin
al examen.
El delegado Pasquale Minetti, enviado a advertir a la familia,
no encontró a su esposa sino a una prima a quien dijo que
Romeo se había "ahogado a sí mismo, apretando
la garganta con las manos y golpeando su cabeza contra la pared".
En realidad la versión de los golpes dados con la cabeza
en el muro fuera desmentida por el hecho de que, aparte de una
herida debajo de la barbilla y un ojo hinchado, la cabeza de Romeo
no tenía otros signos de heridas o contusiones.
La versión subsiguiente de la jefatura de policía
fue la de un suicidio por caída de altura desde una galería
en el segundo piso. Según la versión oficial, citada
por el diario de Roma "Il Messaggero", a las
cinco de la tarde del 2 de mayo, a Frezzi se le habría
permitido tomar un poco de aire en una galería de cinco
o seis metros de altura, frente a una sala una vez utilizada como
iglesia, de la cual se habría lanzado, en los pocos segundos
en que el guardia Omut había entrado en el cuartelillo
para llenar su pipa. Esta historia de suicidio en un momento de
omitida vigilancia recuerda el supuesto suicidio de Gaetano Bresci,
con la variante del auto-estrangulación, en la primera
versión, luego reemplazada por la de la caída de
altura de Frezzi.
En realidad, dos anarquistas, el estudiante Ulderico Cerquetti
y el panadero Luigi Damiani, detenidos junto con muchos otros
por razones de precaución antes del Día del Trabajo
del 1 de mayo y liberados la mañana del 2, informaron que
la celda de Frezzi estaba en la planta
baja, inicialmente era la número 5, muy estrecha y
con cama de tablones, y más tarde la número 19,
dotada de catre. Más tarde, la jefatura de policía
confirmó la ubicación de la celda en la planta baja,
pero afirmó que Romeo había trepado una estacada
hasta el segundo piso para poderse lanzar, una versión
difícil de creer ya que el prisionero no había consumido
el rancho de la prisión, sufriendo de problemas estomacales,
y por lo tanto estaba tan debilitado que no pudo levantar los
caballetes que sostenían su catre (Felisatti).
La escasa credibilidad
de la hipótesis de que Frezzi se lanzara hasta la muerte
desde la galería también se vio reforzada por varias
otras indicaciones: las manchas de sangre en su catre, las lesiones
en la barbilla y el ojo izquierdo cerrado, hinchado y negro, por
una equimosis producida en apariencia por un golpe violento, la
ropa rasgada y rajada y un zapato roto, en contraste con el habitual
decoro del carpintero socialista, la manga derecha de la camisa
completamente empapada de rojo, tal vez debido a un chorro de
sangre salido de la boca, el pañuelo desgarrado y perforado
con los dientes, como si hubiera sido usado como una mordaza,
y finalmente la desmañada tentativa de tapadera realizada
por el delegado Filippo Forcheim, que había llamado al
médico de la jefatura de policía para ayudar a una
persona enferma, y al llegar el médico le había
anunciado que "el enfermo falleció".
Todos estos indicios llevaron a pensar a la muerte de Frezzi por
una severa paliza, que los culpables trataron de cubrir más
adelante con varias versiones sucesivas, todas en contraste con
los hechos comprobados por la investigación.
Incluso sobre de la hora de la muerte hubo diferentes versiones:
la que inicialmente se indicó, las cinco de la tarde, fue
posteriormente corregida por el Ministro Costa, quien afirmó
que el hecho había ocurrido alrededor de las
tres o cuatro de la tarde; según Il Messaggero del
4 mayo 1897 el delegado Forcheim había sido informado por
una llamada telefónica a las 4:30 de la tarde, mientras
que el juez de primera instancia del quinto distrito había
sido informado a las 10:00 de la tarde, después de lo cual
había autorizado la transferencia del cadáver y
pospuso su visita a las diez de la mañana del día
siguiente (Felisatti).
El
suicidio improbable
Avanti! desde los primeros días
cuestionó las versiones oficiales de la muerte de Romeo
Frezzi, refiriendo noticias sobre la autopsia. El 4 de mayo el
diario enfatizó que: "la muerte de Frezzi fue la
consecuencia de un arresto llevado a cabo arbitrariamente por
la jefatura de policía, sin un mandato de la autoridad
judicial, y de una detención igualmente arbitraria".
Además, el diario socialista informaba que: "algunos
amigos de Frezzi, arrestados en la ocasión del 1ro
de mayo y puestos en libertad ayer, afirman que de las palabras
que escucharon de él no aparecía ni la mínima
intención de suicidarse".
Además de esto, Frezzi había encargado a uno de
sus amigos que estaban a punto de ser liberados de la prisión
pedirle a su esposa que le enviara ropa interior.
Eolo Varagnoli en "L'Avvenire sociale" escribió:
"Fui varias veces compañero de prisión del
pobre Frezzi, quien repetidamente me demostró su repulsión
innata por el suicidio". Oreste Palmieri, empleador de
Frezzi, entrevistado por Avanti! del 5 mayo 1897, dijo:
"él nunca expresó ideas suicidas. Lo descarto
firmemente. Estaba muy apegado a su familia".
En una celda adyacente, algunas mujeres oyeron un hombre gritar:
¡Oh Dios! ¡Ayuda! ¡Oh Dios! Me matan.
Una de ellas, Antonietta Molinari, detenida como prostituta, en
Avanti! del 17 de mayo declaró que había
contado todo a los jueces, pero había sido amenazada con
enviarla de regreso a su pueblo, Castro de Volsci, en la
provincia dicha de Terra di Lavoro, o de Caserta, hoy en la provincia
de Frosinone.
Las
autopsias
Después
de la caída de cinco metros, el cadáver habría
permanecido en el suelo hasta las 10 de la mañana del día
siguiente. A última hora de la mañana del 4 de mayo,
en la morgue de San Bartolomeo all'Isola,
en presencia del juez de instrucción Francesco Bocelli,
los peritos judiciales De Pedys y Giorgio Pardo llevaron a cabo
una autopsia en el máximo secreto. La autopsia reveló
veintisiete fracturas de cráneo, de columna vertebral con
separación completa de las costillas, de hombro derecho,
de costillas y lesiones de bazo y pericardio. De Pedys concluyó
que las lesiones eran compatibles con una caída desde una
altura, pero Pardo, que no estuvo de acuerdo, se negó a
firmar la peritación.
De Pedys, médico personal del Ministro de Justicia Giacomo Giuseppe Costa, después
de una primera visita al cadáver le dijo a un amigo: Si
hubiera encontrado el cadáver de Frezzi en otro lugar,
habría explicado su muerte de una sola manera: que un carro bien cargado de la compañía
de mudanzas de los hermanos Gondrand lo había atropellado
(Coletti).
El juez Bocelli luego asignó el encargo de llevar a cabo
una nueva peritación a otros tres médicos, el senador
Francesco Durante, el profesor
Marchiafava y el doctor Angiolo Filippi,
profesor de medicina forense en Florencia. El 19 de junio, los
superperitos entregaron la peritación, según la
cual las lesiones eran compatibles con una caída desde
una altura, que sin embargo había seguido una violenta
paliza sufrida por Frezzi, testificado por lesiones distintivas.
La muerte había sido causada por heridas fatales en la
cavidad visceral, con fuerte hemorragia (con pérdida de
tres litros de sangre) junto con conmoción cerebral y asfixia
debido a la compresión pulmonar causada por la sangre.
Il Messaggero del 15 de mayo escribió que se descartó
el suicidio y que la muerte había sido causada por violencias
y palizas infligidas con destreza, la fractura del cráneo
fue causada por golpes con un objeto plano, las lesiones en el
hígado y el bazo se debieron a golpes, y entonces: la
caída es ciertamente una explicación insatisfactoria.
La rotura de las vértebras torácicas no era compatible
con la caída, porque en este caso habrían tenido
que romperse las vértebras cervicales de Frezzi, a menos
que se hubiera caído de espaldas, pero los guardias informaron
que Frezzi estaba boca abajo. La conclusión fue que Romeo
había sido víctima de una golpiza con saquitos de
arena y con los tacones de los zapatos.
Después del examen
post mortem, el médico forense intentó verificar
la hipótesis de la muerte por hundimiento, y en particular
la compatibilidad de las lesiones de Romeo con la caída
desde una altura. Luego se llevó a cabo una prueba arrojando
de la galería de la jefatura de policía cuatro cadáveres,
encontrados en los hospicios y llevados a la jefatura de policía
con la carreta pública para los funerales para los necesitados.
Dos de los cuerpos fueron arrojados violentamente, y dos solo
fueron dejados caer. En todos los cuatro cuerpos, los médicos
forenses encontraron fracturas, pero los órganos internos
estaban intactos, a diferencia de lo que se encontró en
el cuerpo de Frezzi
(Fasanella
et al.).
También se arrojó un barril de agua desde la galería
del San Michele y se descubrió que desde el cuartelillo
de los guardias era imposible no oír el batacazo del cuerpo,
contradiciendo así la versión de Omut, que afirmaba
que no había oído ningún ruido. El 3 de marzo
de 1898, se realizó otro ensayo con un cadáver arrojado
desde una altura, y más tarde se realizó otro ensayo
con un cadáver del hospital Santo Spirito. Los expertos
concluyeron que el suicidio no podía ser excluido. incluso
si no hubo lesiones en los órganos (Felisatti).
Las circunstancias de la muerte de Frezzi se parecen a las del
ferroviario anarquista Giuseppe Pinelli,
arrojado desde una ventana de la jefatura de policía de
Milán el 16 de diciembre de 1969, cien años y un
mes después del nacimiento de Gaetano Bresci, y nunca
olvidado.
En
el Parlamento
El 5 de mayo de
1897 en la Cámara de Diputados, el Ministro Costa respondió
a la interpelación parlamentaria de los diputados socialistas
Andrea Costa, Filippo
Turati, y otros: "El 28 de abril, tanto para realizar
investigaciones de policía judicial sobre el atentado cometido
contra Su Majestad el 22, como para tomar medidas de precaución
en vista del próximo 1ro de mayo, se realizó un
registro al domicilio de Romeo Frezzi, que la autoridad de seguridad
pública consideraba socialista y anarquista. En este registro
se encontró que Frezzi poseía una fotografía
representando a un grupo reunido alrededor de un famoso socialista,
y en este grupo había, entre otros, también Acciarito.
Era natural que la autoridad, por causa de la grave responsabilidad
que le agobia, investigara qué relaciones podrían
existir entre Acciarito y Frezzi, y debiera identificar a todos
los demás en el grupo. Pero dado que estas investigaciones
no habrían podido realizarse de manera efectiva, dejando
a Frezzi en libertad, por lo tanto, como medida de precaución
encontraron necesario llevarlo a la cárcel de depósito.
(
) Así llegó el 2 de mayo, cuando, desafortunadamente,
Frezzi fue encontrado muerto en una sala de la prisión
de San Michele, donde había sido encarcelado (
) se
llevó a cabo una peritación, de la que resultó
(
) que en el cuerpo de Frezzi se encontraron una gran cantidad
de fracturas de cráneo, veintiséis si no me equivoco,
y al mismo tiempo fracturas de costillas con desarticulación
de la columna vertebral, rotura de una escápula, rotura
de hígado y bazo. Una verdadera ruina (
) la posibilidad
de que Frezzi, desde lo alto de una galería, se haya lanzado
en el piso de la sala donde fue encontrado se prueba admisible" (de Tarantini en: Actas parlamentarias,
Cámara de Diputados, Legislatura XX, Primera sesión,
Discusión, Ronda del 5 mayo 1897, pág. 349-350).
El diputado socialista Oddino Morgari
observó que la policía había dado tres
versiones sucesivas de la muerte de Frezzi ... la primera, que
se había quitado la vida golpeándose la cabeza contra
la pared; la segunda, opuesta a la primera, que se había
muerto de muerte natural ... la tercera, opuesta a los dos precedentes,
que se había tirado de la galería del primer piso
... (de
Tarantini en: Actas parlamentarias, Cámara de Diputados,
Legislatura XX, Primera sesión, Discusión, Ronda
del 5 mayo 1897, pág. 350-351).
La sorprendente respuesta del Ministro fue que: hasta
que se demuestre lo contrario se debe suponer que Frezzi
se suicidó; y si la jefatura de policía dió
más de una versión del caso, lo hizo con honestidad:
Podría observar que el hecho mismo de la doble
versión del hecho demuestra cómo las cosas no se
conocían bien, de ahí la plena buena fe al exponer
tanto la una como la otra versión ... (de Tarantini
en: Actas parlamentarias, Cámara de Diputados, Legislatura
XX, Primera sesión, Discusión, Ronda del 5 mayo
1897, pág. 350-351).
En el Senado, una interpelación
del 18 de mayo, firmada por senadores de cuatro partes diferentes
del escenario político, Cesare Parenzo,
Corrado Tommasi-Crudeli, Francesco Vitelleschi Nobili y Stanislao Cannizzaro cuestionó
a los ministros del Interior y de Justicia sobre qué medidas
tenían la intención de tomar para garantizar el
respeto de la policía al artículo 36 del Estatuto
albertino que prohibía las detenciones arbitrarias y al
artículo 68 del código de procedimiento penal que
requería la transferencia inmediata de las personas arrestadas
ante la autoridad judicial.
El 2 de marzo de 1898 hubo una interpelación del diputado
Felice Santini, y otra de los
diputados Andrea Costa, Enrico Ferri
y Filippo Turati sobre los retrasos en la investigación
preliminar. En respuesta, el subsecretario Cesare
Fani declaró que los retrasos se debían a la
lentitud de los peritos y de los superperitos en el examen de
las respectivas peritaciones. Esto aparece como evidencia de claras
maniobras dilatorias por parte de los investigadores (Felisatti).
Avanti!
El diario socialista
Avanti! tomó partido sobre el caso de Frezzi desde
el 4 de mayo de 1897, dos días después del asesinato,
negando enérgicamente la tesis del suicidio, destacando
claramente las contradicciones en las diferentes versiones de
la jefatura de policía, y desempeñando un papel
decisivo en presionar a los órganos judiciales para que
actuaran según la justicia.
El 5 mayo Avanti! escribía: "La integridad
personal queda a la discreción de cualquier bribón
vestido de madero. La vida de un hombre es igual a cero",
mientras que el 13 de mayo, en respuesta a las críticas
o amenazas del periódico L'Opinione liberale, próximo
del jefe del gobierno marqués de Rudinì respondió
de manera inequívoca: "Nos traen sin cuidado los
temerarios desmentidos, confirmamos, una por una, nuestras acusaciones.
Frezzi, decimos, fue asesinado. Los asesinos pertenecen a la jefatura
de policía de Roma. Y no hay ... ni opinión de un
ministro ni de un madero que valga para borrar la verdad. Una
verdad que no salió de nuestra imaginación, sino
de los informes contradictorios de la misma jefatura de policía,
de la peritación ordenada por la la autoridad judiciaria
y de nuestros testimonios. El ... suicidio de Frezzi fue un feroz
y enfurecido asesinato. Asesinato, ¿comprenden?
¡Pedazos de asesinos cobardes!" (Avanti!, 13 mayo 1897, pág.
1).
Varias veces Avanti! citó una carta anónima, firmada
"un policía", entregada al director general
de seguridad pública, el commendator Giovanni Alfazio,
en la que se explicaba, con muchos detalles, que Frezzi había
sido asesinado por venganza por dos ex guardias de la prisión,
pasados a la policía, citados con nombre, apellido y número
de matrícula. Los dos se habrían infiltrado en la
celda de Frezzi para inducirlo a hablar, haciéndose pasar
por prisioneros, pero el socialista habría reconocido a
uno de los dos como un guardia que había conocido con motivo
de la detención de dos años antes por las protestas
contra Crispi, y a lo que había provocado una sanción
disciplinaria. Frezzi habría reaccionado con dureza ante
la trampa y los dos lo habrían matado a golpes, luego habrían
arrojado el cadáver desde la galería en el piso
superior para simular el suicidio.
Il 14 mayo Giovanni Frezzi, padre de Romeo, escribió al
director del diario socialista para agradecer a todos aquellos
que habían sido solidarios con ellos "contra los
maderos, causa de lágrimas para toda una familia".
En los meses siguientes Avanti! utilizó el apellido
de uno de los cómitres, Omut, como sinónimo de madero
brutal y violento, para describir otros actos de violencia contra
los prisioneros. Además, durante varios días el
diario socialista insistió en preguntar a los guardias
que sabían cómo se había muerto Frezzi para
hablar y escribió varias veces que el delegado Filippo
Forcheim sabía todo. Además de Avanti! también
otros diarios, como Il Messaggero, fueron suficientemente
valientes en dudar de la tesis del suicidio y destacar las responsabilidades
de la jefatura de policía.
Assunta
Franchi
La esposa de Romeo
en toda la historia del asesinato de su marido mantuvo una actitud
inflexible, exigiendo con gran firmeza y dignidad tener justicia,
a pesar de las intimidaciones de la policía. Ella misma
dijo: "En cuanto supe la noticia del mal evento, me dirigí
a la jefatura de policía donde fui recibida por el inspector
Vescovi, quien, confirmando la noticia, trató con cierta
insistencia de hacerme creer que mi esposo se había muerto
cometiendo un suicidio. - No, no es posible, dije: mi esposo me
lo mataron, asi me dice el corazon. Entonces el inspector me dijo:
no, no digas asi porque de lo contrario podrías perder
un pedazo de pan para siempre. Yo, en la emoción del momento
no le presté atención a esta frase. Pero más
tarde, haciendo memoria en eso, tuve la idea de que el inspector
había amenazado con arrestarme si insistía demasiado
en mi versión". Assunta Frezzi inmediatamente
presentó una denuncia por el asesinato de su esposo, lo
que llevó el juez de instrucción Bocelli a ordenar
una autopsia. Además Assunta se constituyó parte
civil en el juicio, asistida por los abogados socialistas Vittorio Lollini y Mazza y por
el procurador legal Falessi, pero por esta razón se le
negaron algunos empleos.
Reacciones
El 9 de mayo,
la celebración a la tumba de Frezzi en el cementerio romano
de Campo Verano, se convirtió
en la ocasión en una gran manifestación contra la
monarquía. En el cementerio, los carabinieri cargaron a
socialistas y anarquistas, que fueron golpeados y se les impidió
pronunciar discursos y colocar las siete coronas de flores que
habían traído, las del Círculo anticlerical
del barrio de Ponte, de la Cooperativa de Carpinteros, dos de
los anarquistas y tres de los republicanos, que fueron en cambio
incautadas. Las coronas quedadas a los manifestantes fueron llevadas
al monumento a Garibaldi
en la colina del Gianicolo. Romeo Frezzi había sido enterrado
el 7 u 8 de mayo en la sección 12 del antiguo sector (XIX),
pero el 15 de abril de 1907 su entierro fue trasladado, dentro
del mismo cementerio, al sector "Scogliera nuova del Pincetto"
en la sección denominada "Altopiano"
("Meseta"), viale dei Platani, nicho de entierro
22, 3ra fila. Al pie de la lápida
se encontra una cartela,
procedente del antiguo entierro, que lleva estas palabras: "A
Romeo Frezzi. Morto il 2 maggio 1897 nel carcere di S. Michele
i socialisti anarchici del Lazio nel febbraio 1905 QMP"
("Para Romeo Frezzi, fallecido el 2 de mayo de 1897 en
la cárcel de San Michele, los socialistas anarquistas de
Lacio en febrero de 1905 QMP") (QMP significa: "Questa
Memoria Posero ", es decir: "Esta Memoria Pusieron").
La diputación de los estudiantes universitarios romanos,
reunidos durante tres días en la sala del círculo
Brunetti, al vicolo dei Soldati, votó un severo orden del
día y decidió participar en la manifestación
el 9 de mayo convocada por la Asociación Republicana del
Lacio con ocasión del funeral de Frezzi. Como signo de
luto por el asesinato, la Asociación "Giuseppe
Garibaldi" invitó a sus sociedades hermanas a
exponer la bandera de luto con crespón negro durante tres
días.
En Jesi, la ciudad de nacimiento de Frezzi, el 16 de mayo se realizó
una manifestación con marcha, a la que tomaron parte más
de mil personas, y que comenzó a las 18:30 h desde el arco Clementino, marchó
a lo largo de via del Corso (hoy
corso Matteotti), y llegó a la plaza
Federico II para colocar una corona de flores en memoria de
Frezzi al pie de la lápida
dedicada a Giordano Bruno.
El 23 mayo en la plaza de Campo de
Fiori tuvo lugar una manifestación, anunciada
por la mañana, aunque se había decidido la tarde
del 19. En la plaza pronunciaron discursos Matteo
Renato Imbriani Poerio, Ettore Socci, Andrea Costa y el obrero
Marzoli, luego se desarrolló una larga marcha (según
el Corriere della Sera tomaron parte cien mil personas,
según Avanti! diez mil) con las banderas de las
35 asociaciones afiliadas, que andó por via dei Giubbonari,
piazza Cairoli, via Arenula, via delle Botteghe Oscure, piazza
San Marco, Colonna Traiana, via Alessandrina, via Cavour, via
Principe Amedeo, piazza Guglielmo Pepe y via Tiburtina y llegaron
al cementerio de Campo Verano. A la cabeza de la marcha, la banda
del barrio de Porta Pia tocaba el himno de Garibaldi y el himno
de Mameli. Frente al cementerio había sido dispuesto un
gran despliegue de carabinieri a caballo y a pie, así como
muchos funcionarios de policía. A Andrea Costa se le permitió
dar un breve discurso invitando a la calma y la no violencia,
y solo a una delegación formada por los concejales de la
ciudad Nissolino, Bianchi y Lizzani con las coronas de flores
se le permitió ingresar al cementerio, mientras que los
manifestantes y la policía permanecieron afuera.
Mucha gente llevaba las fotos de Frezzi en las bandas de sus sombreros.
Assunta Frezzi llevaba la bandera del grupo Anita Garibaldi y
muchas mujeres le dieron su solidaridad.
El fotógrafo Francesco Fiorani, en la plaza
Guglielmo Pepe expuso una gran foto de Frezzi, al paso de
la manifestación, que la saludó con grandes aplausos.
El mismo fotógrafo vendió las fotos de Frezzi a
50 céntimos cada una con beneficio de la viuda. Incluso
la sección del PSI (Partido Socialista Italiano) de Via
Prina vendió el retrato de Frezzi a 10 céntimos,
a fines de 1897 las ganancias de 500 liras fueron entregadas a
la viuda. La colecta de fondos de Avanti! por Assunta Frezzi
recolectó 322,65 liras, que se le entregaron en mayo.
Se dice que la reina Margarita
había gritado y golpeado los puños porque la manifestación
había sido permitida, y parece que incluso el rey, que
estaba en Monza pasando sus vacaciones en la Villa
Reale, estaba furioso porque la manifestación no había
sido prohibida. En varias otras ciudades se realizaron manifestaciones
para exigir justicia para Romeo Frezzi, pero a menudo fueron prohibidas
por las autoridades policiales locales. Vivaldo Lacchini en «LAgitazione»
de Ancona atacó a los apóstoles de la inviolabilidad
de la vida dispuestos a llorar el destino de un rey
pero no de un trabajador oscuro y honesto (Bellofiore).
Otra gran manifestación
de 15 000 personas contra los asesinos "morales y materiales"
de Frezzi tuvo lugar en Roma el 22 de agosto, comenzando desde
Campo de Fiori y marchando por las calles de la ciudad. En el
Parlamento, los representantes de la extrema izquierda exigieron
claridad sobre el caso, pero el jefe de gobierno Antonio Starrabba,
marqués di Rudinì, bloqueó
todas las investigaciones para evitar que se convirtieran en la
chispa de una nueva ola insurreccional.
El jornal Risveglio socialista-anarchico ("Despertar
socialista-anarquista") del 17 de agosto de 1901 sobre
los presuntos cómplices de Gaetano Bresci, escribió:
Después de todo, deben estar contentos de que
su inocencia haya sido reconocida. Con la atmósfera de
servilismo que infecta a Italia, podían ser frezzados antes
o después del juicio para arrancarles posibles confesiones
(Ortalli). El nombre de Romeo Frezzi se
convirtió así en un verbo, sinónimo de torturas
mortales en prisión.
De nuevo Avanti! en mayo de 1903 lanzó una campaña
para obtener justicia por otro prisionero asesinado en su celda,
el marinero Giacomo
DAngelo, fallecido el 5 de mayo en la cárcel
de Regina Coeli. (véase mi
página sobre él) Avanti! usó el
título "El nuevo caso Frezzi", y cuando
el médico de la prisión, Pietro Ponzi, en una entrevista
a Il Messaggero, planteó la hipótesis de
una muerte «por congestión cerebral»
el diario socialista comentó con sarcasmo: «¡el
aneurisma de Frezzi! », y expresó el temor de
que la impunidad del culpable fuera utilizada para garantizar
una indemnización« «por más violencia
y más frezzamientos» (Da Passano).
El
juicio a los asesinos
El 15 de mayo
de 1897, los carabinieri arrestaron al vicesargento Domenico Mellace
y los guardias Romolo Omut y Antonio Mazzaglia, y el 21 de mayo
el guardia penitenciario Giovanni Campana. El jefe de policía
de Roma Ernesto Martelli fue puesto bajo investigación
y trasladado a Florencia, con la motivación de un normal
reemplazo, pero en realidad por negligencia también por
el caso de la escasa vigilancia en ocasión del atentado
de Acciarito (Felisatti;
Fasanella et al.).
Lo reemplazó el cavalier Vittorio Minozzi. Fueron arrestados
también un cuarto y quinto guardia, D'Avanzo y Bonfiglioli,
todos los cinco guardias fueron eliminados de las filas y luego
expulsados del cuerpo, mientras el delegado Forcheim permaneció
en su puesto (Felisatti).
El juez de instrucción Francesco Bocelli, inicialmente
inclinado a apoyar la tesis del suicidio, y el fiscal adjunto
del Rey, el abogado Giuseppe Bozzi, se encargaron de la investigación
sobre el asesinato de Romeo Frezzi de manera rigurosa, mientras
que el fiscal general del tribunal de apelación, el commendator
Eugenio Forni, ex jefe de policía, y entonces proveniente
de las filas de la policía, trató insistentemente
de conseguir noticias sobre las investigaciones de los dos magistrados,
y en particular con su superior, el fiscal jefe del rey cavalier
Domenico Giordani, y por lo tanto Avanti! lo acusó
abiertamente de querer hacerles saber a los sospechosos bajo investigación,
para frustrar las maniobras de la fiscalía, mientras que
se conocía la oposición de Forni a la segunda peritación.
Sobre el caso Frezzi se abrieron cuatro investigaciones: la judicial
por Bocelli y Bozzi, una administrativa del Ministerio del Interior,
dirigida por el jefe de división Eugenio Talpo, la de la
Dirección General de prisiones, por el commendator Beltrami
Scalia, que había asumido la cárcel de San Michele
bajo su dirección, quitándolo del control de la
jefatura de policía, y finalmente la del commendator Barilli,
jefe de la división de personal policial. Después
de unos días, las investigaciones de Talpo y Beltrami Scalia
se cerraron, confirmando el suicidio (Felisatti). El final rápido de la investigación
de Talpo, que no encontró ningún resultado, fue
comentado irónicamente por la prensa de izquierda, que
también bromeó con el nombre del inspector (en italiano
"talpa" significa "topo").
El 31 de mayo, se lanzó una colecta de fondos en las secciones
de la Policía para recaudar fondos para la defensa de los
guardias bajo investigación, promovida de manera apremiante
por el comandante de los guardias de la ciudad Giovanni Gallo,
quien luego fue suspendido del servicio por esta iniciativa. El
4 de junio, dimitió el prefecto de Roma, el conde Adeodato
Bonasi, un acto que se consideró relacionado a los
abusos policiales, como en el caso Frezzi. El 8 de junio, confirmó
el jefe de gobierno Di Rudinì al Parlamento que había
enviado a los prefectos un telegrama circular con el que, con
la ocasión de la orden de comparecencia emetida por el
juez de instrucción Bocelli al jefe de policía Martelli,
declaró a asumir la responsabilidad política de
los arrestos arbitrarios que siguieron al atentado de Acciarito,
incluido el de Frezzi.
El 3 de agosto, el Tribunal de Roma absolvió al guardia
Domenico D'Avanzo por falta de pruebas mientras que encausó:
las guardias Bonfiglioli, Omut, Campana, Mazzaglia y el vicesargento
Mellace por asesinato (artículo 378 del código penal);
el delegado Filippo Forcheim por encubrimiento (artículo
225 del código penal) y el ex jefe de policía Ernesto
Martelli por registro abusivo y privación de libertad personal
(artículos 158 y 147 del código penal).
El 15 de agosto de 1897, el ministro Costa murió y esto
llevó a la suspensión del juicio. En la reanudación,
la requisitoria fue entregada al fiscal adjunto Scipione De Lollis,
quien ya había demostrado su valía actuando como
manipulador del proceso para la Banca Romana, una clara indicación
de la voluntad de encubrir, así como la asignación
de la revisión de la peritación a De Pedys, quien
así logró regresar al juego.
Il Messaggero del 22 mayo 1898 relata que en el Tribunal
de apelación, el Fiscal General commendator Totaro pidió
el sobreseimiento por Ernesto Martelli y el delegado Filippo Forcheim,
las sesiones siguientes fueron pospuestas, tal vez por disputas
dentro de la corte, con consejeros Giusto Ponticaccia, Sebastiano
Caprino y Pietro Peroni. El 28 mayo 1898 se emitió la sentencia:
absolución por Martelli y Forcheim por "inexistencia
de delito", y por los guardias por "falta de
pruebas", mientras que fueron eximidos del servicio.
En el diario Corriere della Sera la noticia ocupaba solo
una línea: La Sección de Enjuiciamiento
absolvió a todos los acusados del juicio Frezzi.
Los
juicios a Acciarito y sus "cómplices"
Los días
28 y 29 de mayo de 1897, en Roma, en la Corte
d'Assise (Audiencia Nacional) al oratorio
de los Filipinos, en la plaza de la Chiesa Nuova, a pocos
metros del taller donde había trabajado Romeo Frezzi, tuvo
lugar el juicio a Pietro Acciarito, en el fin de una investigación
judicial muy breve, de solo 18 días (Felisatti). La acusación era sostenida por
el fiscal general Eugenio Forni, el mismo que intentó interferir
en la investigación sobre la muerte de Romeo Frezzi. El
Presidente de la Corte, el commendator Liuzzi, en un resumen final
del juicio que parecía ser una requisitoria de la fiscalía,
expresó una teoría brillante sobre las razones de
la tentativa de regicidio: "¿Cuál fue el
propósito de Acciarito con el regicidio? Enriquecerse.
Sabemos que un regicidio es seguido a menudo por una revolución
y los elementos turbios encuentran algo que pescar".
Después de solo tres minutos en la cámara de consejo,
el acusado fue condenado a prisión perpetua. En el juicio
en el tribunal de Casación, Acciarito fue defendido por
el abogado socialista, anarquista en el pasado, Francesco
Saverio Merlino, quien en 1900 se convirtió en el abogado
defensor de Gaetano Bresci. La sentencia a cadena perpetua fue
confirmada, y Acciarito al principio la cumplió en la penitenciaría de la isla
de Santo Stefano (véase
mi página), pero las duras condiciones de detención
destruyeron su equilibrio psíquico, y en 1904 fue trasladado
al Hospital Psiquiátrico Penitenciario
de Montelupo Fiorentino, donde falleció en 1943, y donde
en 1878 había fallecido Giovanni Passanante, el autor del
atentado en 1878 contra Humberto (Feldbauer).
El Cavalier Alessandro Doria, director de la prisión judicial
de Regina Coeli, y luego muy involucrado en el asesinato de Gaetano
Bresci en la penitenciaría de Santo Stefano, llevó
a cabo una investigación en 1897 sobre la existencia de
una conspiración que incluía a Acciarito para matar
a Humberto I. En un juicio en 1908, Doria se jactó de haber
tenido un papel en abrir un juicio a los cómplices de Acciarito
en 1897
(Santoloni
y Marcucci).
El juicio contra los otros presuntos cómplices de Acciarito,
sin embargo, terminó el 4 de noviembre de 1897, la sección
de enjuiciamiento emitió un "sobreseimiento para
todos los acusados por falta e insuficiencia de pruebas".
Se trataba de los anarquistas Ettore Sottovia, Umberto Farina
y Eolo Varagnoli, además de Pietro Colabona, Cherubino
Trenta, Aristide Ceccarelli, Ernesto
Diotallevi y Federico Gudino, estos últimos cinco fueron
todos enrollados por una odiosa pretensión de los investigadores.
El director del penitenciario de Santo Stefano, Alfredo Angelelli,
valiéndose de un infiltrado, un cierto Petito, colocado
en la misma celda de Acciarito, lo convenció de que su
novia Pasqua Venaruba había tenido un hijo con él
y estaba en graves dificultades financieras, y luego lo persuadió
presentar una demanda de indulto al rey, extendiéndola
a los cinco inconscientes camaradas. De esta manera, una demanda
de indulto presentada por un preso se usó indebidamente
por acusar cinco más de ser sus cómplices, que se
encontraron bajo investigación. Una vez en la audiencia,
Acciarito supo, incluso de Pasqua Venaruba, que no había
ningún niño y que la demanda de indulto extorsionada
había metido en un lío a sus compañeros.
Aún el 29 de junio de 1898, Rudinì le confió
al director general de prisiones Martino Beltrami Scalia la tarea
de establecer un "servicio" en la penitenciaría
de Santo Stefano para obtener revelaciones de Acciarito sobre
los detalles y características de una posible conspiración.
El 23 de junio de 1899, comenzó en la Corte d'Assise (Audiencia
Nacional) un nuevo juicio para los presuntos cómplices
de Acciarito: Gudino, Diotallevi, Ceccarelli, Colabona y Trenta,
que, después de una suspensión de varios meses,
terminó frente al tribunal de Teramo el 5 de abril de 1900
con la absolución total de los acusados y con su liberación
inmediata de prisión.
Recuerdo
Unos años
después de la muerte de Frezzi, el activista socialista
Luigi Fabbri fundó en Recanati
un círculo que llevaba su nombre, mientras que el Círculo
Electoral Socialista "Romeo Frezzi" de Potenza,
en el sur de Italia, fue disuelto
de manera injustificada el 9 de enero de 1898, causando también
una interpelación parlamentaria al ministro del Interior
por parte del diputado socialista Leonida
Bissolati; además en Ravenna existía un "Gruppo
Romeo Frezzi" de tendencia anarquista (Dell'Erba). En la ocasión de la conmemoración
de Sante Caserio, el anarquista milanés
guillotinado en Francia el 16 de agosto de 1894 por matar al presidente
francés Marie François
Sadi Carnot, el 18 de agosto de 1897 los anarquistas colocaron
una corona de flores en la tumba de Romeo Frezzi con la inscripción:
"Un grupo de anarquistas para Sante Caserio",
y una nota con estas palabras: "Hoy cae el aniversario
de la inexorable sentencia con la cual el 16 de agosto de 1894
fue condenado Sante Caserio. Saludo a los caídos, saludo
a Sante Caserio que joven, audaz y lleno de vida, dejó
la cabeza en la guillotina al grito de «Viva la anarquía».
El fructífero ejemplo facilitó la rebelión
de las masas a todos los oprimidos del mundo. Viva la revolución
social, viva la anarquía"..
Más recientemente, Jesi, su ciudad natal, le dedicó
una calle.
Incluso el crítico de cine y guionista Tullio
Kezich (1928-2009), en su obra teatral W Bresci: storia italiana in due
tempi ("¡Viva Bresci!: historia italiana
en dos actos"), de 1971 recuerda a Romeo Frezzi y su
fin, comparándolo implícitamente con la muerte de
Giuseppe Pinelli.
Costantino
Quaglieri
El caso Frezzi
ayudó a reabrir un caso de presunto suicidio en prisión
de dos años antes, no seguido adecuadamente por la prensa
de la época. En 1897, a causa de la indignación
por la muerte de Romeo Frezzi, Avanti! recuperó
noticias sobre la muerte de Costantino Quaglieri (véase
mi página sobre
él), obrero de veintidós años asesinado
el 12 de febrero de 1895 en la cárcel de Regina
Coeli en Roma. En ese momento, Avanti! aún no
había sido fundado y la prensa había dado por buena
la versión de la jefatura de policía, aunque la
madre de Quaglieri insistía en poner en duda las causas
de la muerte.
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Sobre la
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