La isla de Santo Stefano, en Italia, en el archipiélago de las islas Pontinas, ha sido por 170 años el asiento de una penitenciaría, que acogió a muchos presos, ilustres y oscuros, pero todos víctimas de condiciones durísimas de detención y a menudo de violencias, que levaron algunos de ellos a la muerte.
Las
islas Pontinas
Las islas Pontinas tienen un origen volcánico, desde 18
de diciembre de 1934 pertenecen a la provincia de Latina (antes
formaban parte de la provincia de Nápoles) y están
partidas en dos municipios, él de Ponza, incluyendo la
isla homónima con 3.107 habitantes en una superficie de
7,5 km² y las islas deshabitadas de Palmarola (1 km²),
Zannone (0,9 km²) y Gavi (0,24 km²). El otro municipio
del archipiélago es él de Ventotene, incluyendo
la isla homónima
(sitio web)
con 708 habitantes en 1,25 km², y la isla deshabitada de
Santo Stefano (0,29 km²).
Las Pontinas eran utilizadas como lugar del confinamiento ya en
la edad romana, y particularmente Ventotene (entonces nombrada
Pandataria) acogió por cinco años Julia
la Mayor, hija del emperador Augusto, enviada en el exilio
por su padre en 2 adC, mientras que su madre Scribonia, aunque
hubiera pedido seguir a su hija, no fue contentada. Más
tarde la hija de Julia, Agripina la mayor,
madre del futuro emperador Calígula, fue enviada por Tiberio
en la isla, donde se dejó morir de hambre. Años
después Octavia, esposa de Nerón,
fue enviada en el exilio en 62, y poco después su mismo
marido mandó matarla cuando tenía veinte años.
Por fin Pandataria fue morada obligada de Flavia
Domitilla, nieta del emperador Vespasiano y sobrina de los
emperadores Tito y Domiciano, confinada ya que era cristiana y
luego proclamada santa.
Las Islas Pontinas, conocidas como Islas Farnesianas,
formaban parte de un vasto patrimonio feudal, atribuido en 1738,
en virtud de tratados internacionales, al rey Carlos VII de Borbón,
que cuando en 1759 se convirtió en rey de España,
dejó la corona de Nápoles y los bienes correspondientes
a su hijo, que se convirtió en rey Fernando IV. Las islas
del archipiélago formaban parte, por tanto, de los bienes
alodiales, es decir, formaban parte del patrimonio personal
de la casa reinante de Borbón, y estaban bajo la jurisdicción
de la Giunta degli Allodiali (Junta de los Alodiales),
creada en 1768, y transformada en 1790 en Intendenza Generale
degli Stati Allodiali (Intendencia General de los Estados Alodiales).
En el siglo XVIII el rey de Nápoles Fernando
IV de Borbón decidió repoblar las Pontinas,
incluido Santo Stefano, al inicio, en 1768, con doscientos presidiarios
que tenían la tarea de construir las casas, y unas reclusas,
con quienes tenían que formar hogares; después fueron
asentadas en la isla unas familias de Torre del Greco y de Isquia,
en particular de Forio y Serrara, pero también de Nápoles
y del Cilento.
En el siglo XX el régimen fascista transformó Ventotene
en uno de los lugares de confinamiento para los opositores políticos.
La
isla de Santo Stefano
La isla de Santo Stefano es la más al este del archipiélago,
y tiene una circunferencia de 2 kilómetros, con diámetro
este-oeste de 750 m, diámetro norte-sur de 500 m y altitud
máxima de 68 m. Las costas son escarpadas, a excepción
del lado noroeste, y se evidencian tres promontorios: cabo Falcone
al norte, cabo Romanella al noroeste y cabo Spássaro al
sudoeste. La vegetación es compuesta principalmente por
higueras, agaves y tunas.
La isla albergaba una subespecie de lagarto, el lagarto de Santo
Stefano (Podarcis siculus sanctistephani, Mertens, 1926),
que probablemente se extinguió en el período en
el que se cerró la penitenciaría, debido a gatos
salvajes y serpientes, y a un patógeno desconocido.
La isla según Ptolomeo se llamaba Parténope,
mientras que otros nombres de la edad romana eran Palmosa,
Dommo Stephane y Borca, en la Edad Media
Maldiventre ("dolor de estómago"),
Bentilem y Betente, y el nombre actual podría
ser debido a un monasterio dedicado a San Esteban. La isla fue
colonizada muchas veces, pero al fin se quedó abandonada
por causa de las incursiones de los piratas sarracenos, que la
utilizaron como punto de partida por sus correrías. El
cronista napolitano del siglo XVII, Innocenzo Fuidoro (Vincenzo
D'Onofrio) relata dos expediciones a Ventotene, terminadas con
la incautación de barcos piratas, la captura de sarracenos
como esclavos y la liberación de esclavos cristianos por
los napolitanos (1660) y por los florentinos (1664).
El
Panopticon
El uso carcelario
de Santo Stefano en cambio se remonta a la edad borbónica:
Fernando IV hizo construir allí una penitenciaría,
proyectada entre 1792 y 1793 en el modelo de las penitenciarias
de Estados Unidos.por el arquitecto Francesco Carpi, discípulo
de Vanvitelli, que también
había planeado edificios públicos no carcelarios
en la isla de Ventotene.
Por razones de economía, la construcción se confió
a presos condenados a trabajos forzados. Se escogieron a condenados
con penas inferiores a tres años, para evitar la tentación
de fuga. La solución tuvo éxito: entre finales de
1793 y el verano de 1795 se terminaron los cimientos, la planta
baja, el primer piso y el patio militar, y se inició la
construcción de la capilla en el centro del patio y del
segundo piso.
El hacinamiento en las cárceles napolitanas, probablemente
causa que contribuyó a una epidemia, empujó a acelerar
las obras y a proyectar un tercer piso, que entre 1797 y 1798
estuvo casi terminado.
Según un texto de 1855, por Giuseppe Tricoli, el mismo
Carpi más tarde habría sido recluido en Santo Stefano
"por crimen político", o nada menos habría
muerto allí, pero en el exhaustivo estudio de Amelia Pugliese
se evidencia como en realidad en el período de su presumida
detención Carpi estaba libre y realizaba su cargo de funcionario
público. Los militares en servicio en Ponza, guiados por
Luigi Verneau y por el mismo Francesco
Carpi, adhirieron al gobierno republicano de Nápoles. Verneau,
después del fracaso de la revolución libertaria
antiborbónica en Nápoles, fue ahorcado
en Ponza.
La penitenciaría
había sido proyectada según un modelo
panóptico, que contemplaba una vigilancia visual total
y constante de los presos, para alcanzar el "dominio de
la mente sobre otra mente", como teorizado en el tratado
"Panopticon", obra del filósofo inglés
Jeremy Bentham (1748-1832), asistido
por su hermano Samuel Bentham
(1757-1831), ingeniero.
La estructura circular se desarrollaba
alrededor de un patio, y se
inspiraba a los cercos del Infierno dantesco. En el patio se infligían
las penas corporales, verdaderas torturas que, con finalidades
de amonestación, ocurrían bajo los ojos de todos
los presos, precisamente por causa de su forma circular.
En correspondencia
con la entrada, la estructura circular es interrumpida por un
edificio rectangular, con dos torres que dan al exterior y una
terraza con dos garitas hacia el interior. En los pisos superiores
de este edificio se alojaban al cirujano, a dos médicos,
al farmacéutico, a los enfermeros y a los guardas. En la
planta baja se ubicaron las oficinas de dirección, administración
y matriculación, almacenes para ropa y alimentos, y una
taberna, administrada por un ciudadano privado y también
abierta a los habitantes de Ventotene.
La penitenciaría fue inaugurado el 26 de septiembre de
1795 con los primeros 200 presos, que pronto se hicieron 600,
el número previsto al máximo régimen, y luego
900, repartidos en 99 celdas
todas iguales, cada una de las dimensiones de 4,50 x 2,20 m.
En la entrada de la penitenciaría Carpi hizo poner como
admonición la frase latina: "Donec sancta Themis
scelerum tot monstra catenis victa tenet, stat res, stat tibi
tuta domus" es decir: hasta que la santa Temis (personificación
de la justicia por los antiguos griegos) tendrá encadenados
así muchos monstruos, el estado y tu casa estarán
en seguridad.
Los
primeros presos políticos
El 23 de enero de 1799 se proclamó la República
napolitana, protegida por los franceses, que en junio del mismo
año se vio aplastada por la restauración monárquica,
apoyada por los sanfedistas del cardenal Ruffo y por varios estados
europeos. Numerosos republicanos fueron encarcelados, incluso
en la isla de Santo Stefano, y muchos otros fueron ejecutados.
Entre los encarcelados estaba Raffaele Settembrini, el padre de
Luigi, que pasó catorce meses allí. También
el general Enrico Michele L'Aurora, que defendió Castel
dell'Ovo, último bastión en defensa de la república,
pasó 23 meses en Santo Stefano, que definió como
"dos años de hierro y miseria".
Las
"Ricordanze" de Settembrini
Además
de los muchos presos políticos y comunes, en Santo Stefano
fue encarcelado también Luigi
Settembrini (1813-1876), patriota y escritor que fue encerrado
allá en 1851, con una condena a cadena perpetua, convertida
en exilio en 1859, en vísperas del derrumbamiento del dominio
borbónico. Settembrini en su obra "Ricordanze
della mia vita" ("Recuerdos de mi vida")
así describe la isla: "con dificultad se puede
desembarcar allí, y solo en botes pequeños, porque
está rodeada por rocas por todas partes, y el angosto
estrecho que la separa de Ventotene siempre está revuelto
y ruidoso. Está castigada por todos los vientos, que llevan
allí en el mismo día la dureza, la tibieza y el
calor de todas las estaciones". Settembrini luego describe
la penitenciaría: "Vamos a entrar en esta tumba
donde están enterrados unos ochocientos hombres vivos:
veremos dolores que el mundo no conoce y nunca puede imaginar:
veremos hombres convertidos en bestias. que cayeron en el último
fondo de la abyección humana: y de este abismo de dolor
y crímenes levantaremos nuestros ojos y nuestra voz a Dios
para consolar a los que sufren y aconsejar a quienes los hacen
sufrir".
Y entonces: "Quienquiera que se acerque a Santo Stefano
llegando desde el mar ve la penitenciaría
sobrepasar en lo alto de la colina, parecendo por su forma casi
circular una gigantesca rueda de queso colocada sobre la hierba.
El gran muro exterior, pintado de blanco y sin ventanas, está
uniformemente salpicado de motas negras, que son agujeros en forma
de aspilleras muy angostas, que sólo permiten al aire de
pasar. Para desembarcar en la isla se tiene que saltar en una
roca resbaladiza cubierta
de algas marinas. Comenzando a ascender por un sendero
empinado y áspero, en primer lugar se encuentra una amplia cueva, que el superintendente
de la penitenciaría utiliza para almacenar los avituallamientos;
luego, al subir se puede ver la ladera cultivada
laboriosamente".
Settembrini agrega: "Imagina
ver un amplisimo teatro descubierto, pintado en amarillo, con
tres filas de palcos formados por arcos, que son los tres pisos
de las celdas de los condenados; imagina que en aquel lugar del
escenario haya un gran muro, como un telón inmenso, delante
del cual se halla una pequeña explanada cerrada por la
empalizada y por el foso; que en el medio del muro por arriba
esté una galería
cubierta, que comunica con el edificio exterior, en el cual está
una centinela mirando y dominando alrededor este teatro; y más
para arriba en este gran telón de muro hay muchas aspilleras
en cada punto. Así tendrás la idea de este amplo
edificio, cuya forma es más ancha que un semi-círculo,
con un extenso patio en su centro, y en el medio del patio se
erige una pequeña iglesia
de forma hexagonal, cerrada alrededor por cristales. El patio
está enlosado con guijarros, hay dos bocas de cisternas,
y tres bases de piedra, con hierros que aguantan farolas. El adoquinado
y las cisternas se han hecho desde hace pocos años: antes
en el patio había ortigas y fosos, adonde los presos iban
a beber, y a menudo contendían con sus cuchillos para refrescarse
en esas fétidos charcos".
Settembini calcula que mil doscientos prisioneros murieron en
la prisión en veinte años, mil de los cuales fueron
asesinados por camaradas o carceleros. (Parte seconda - 1849-1859 - Gli
ergastolani)
Athos
Lisa
El dirigente comunista Athos Lisa, detenido en Santo Stefano,
así describió la penitenciaría: "El
interior de la cárcel me pareció frío, grave
como una piedra tumbal ... Mi pensamiento corrió a los
anfiteatros romanos y a su historia, ya que el infierno, en la
cárcel, tiene la forma de un anfiteatro. Las celdas se
desarrollaban a lo largo de una circunferencia de la cual no fue
posible para mí medir la dimensión. Habían
celdas en la planta baja y otras en el primer plano. Un balcón
corrido completamente a cielo abierto se desarrollaba en toda
la circunferencia facilitando la vigilancia diurna y nocturna
... En el medio, sobrealzada del suelo, dominaba la iglesia, rodeada
por un terraza desde la cual se podían custodiar a los
presidiarios durante la recreación. A los pies de la iglesia,
los pequeños patios por el así llamado paseo. Todo
esto formaba una especie de complejo monumental: a la cumbre surgía
la iglesia con paredes de vidrio para permitir a los presos "asistir"
a la misa sin salir de las celdas; alrededor de la iglesia había
un balcón corrido por la vigilancia, y más debajo
los pequeños patios que formaban una corona circular."
Athos Lisa escribe que un día estaba pasando en su celda
en Santo Stefano, cuando la puerta se abrió y el carcelero
irrumpió. "¿Qué está haciendo?".
"Paseo." Lisa respondió. Pero
chasquea los dedos, agregó. "¿Bien?".
"Bueno, eso no está permitido". (pág. 24)
Presos
ilustres
En Santo Stefano
fue encarcelado y matado el anarquista Gaetano
Bresci de Prato, cerca de Florencia (véase mi página
sobre él), condenado a cadena perpetua por el asesinado
del rey Humberto I , pero masacrado el 22 de mayo de 1901, pocos
meses después de su transferencia en la penitenciaría
de la isla.
Otra víctima de Santo Stefano fue el joven militante comunista
Rocco Pugliese (véase mi
página sobre él),
que murió el 17 de octubre de 1930, asesinado por los carceleros,
incluso si, según la versión oficial, fue sofocado
por la comida o, según otra versión, aún
menos creíble, se suicidó.
Otro preso ilustre fue Silvio Spaventa
y también el bandido calabrés Giuseppe
Musolino y el bandido lucano Carmine
Crocco fueron encerrados en Santo Stefano.
El régimen fascista utilizó Santo Stefano como lugar
de detención para los opositores políticos: entre
ellos, además del ya mencionado Rocco Pugliese, hubo Sandro Pertini, futuro presidente de la
República entre 1978 y 1985. Además fueron encerrados
en la isla los líderes comunistas Umberto
Terracini, Mauro Scoccimarro,
Athos Lisa, y el socialista Giuseppe
Romita (más tarde ministro de la República),
el bandido anarquista Sante Pollastro
y Guido Sola, joven comunista de Biella, entonces mandado
a morir en el sanatorio de Pianosa.
Incluso Ponza y Ventotene fueron lugares de detención y
confinamiento por los antifascistas, y el nombre de la segunda
isla es aún hoy famoso por el Manifiesto
de Ventotene, redactado en 1941 por Altiero
Spinelli y Ernesto Rossi, confinados
en la isla, que se considera el documento de base de la futura
Unión Europea.
Otros antifascistas recluidos en las Pontinas fueron los comunistas
Giorgio Amendola, Luigi
Longo, Walter Audisio, Pietro
Secchia, Camilla Ravera, Giuseppe
Di Vittorio, Giovanni Roveda y Eugenio Curiel, el líder del Partido
de acción Riccardo Bauer y el socialista
Lelio Basso.
Las
sevicias
Las penitenciarías
de la época fascista eran el teatro de sevicias y vejaciones
infligidas a los presos, que a menudo se acababan con la muerte
de las víctimas, enteramente a merced de la brutalidad
de sus carceleros, seguros de su absoluta impunidad. A menudo
los restos mortales se hacían desaparecer o se enterraban
de una manera anónima y generalmente sus familias nada
menos no se advisaban.
Una de las sevicias más comunes en caso de protestas o
de insubordinación era el llamado "Sant'Antonio",
con un término derivado de la jerga de los camorristas:
consistía en irrumpir de sorpresa en la celda, cubrir a
la víctima con una manta, y luego golpearla duramente con
patadas, puños, bastonazos o con las gruesas llaves de
las celdas. La manta servía para no hacer reconocer los
agresores, para sofocar los gritos de las víctimas y para
impedirles reaccionar, y también para no dejar en el cuerpo
de la víctimas de las palizas unas marcas, que pudieran
demostrar la agresión. Según el anarquista ligur
Giuseppe Mariani, antes encarcelado
en Santo Stefano, en la penitenciaría durante las palizas
no se utilizaba la manta, puesto que los carceleros, estando seguros
de su impunidad, no creían necesitar cualquier precaución.
Rocco Pugliese se murió en Santo Stefano, estrangulado
o matado a palos por los carceleros; la paliza que causó
su muerte es así descrito por Francesco Spezzano "después
de echarle una manta en la cabeza (...) lo mataron a palos"
y más adelante "sus gritos desesperados fueron
oídos para rato por sus compañeros de encarcelamiento
(...) que, cerrados en sus celdas, no pudieron hacer nada para
ayudarle".
La muerte de los presos durante las palizas es en cambio así
descrito por Sandro Pertini, que fue encarcelado en Santo Stefano
desde 1929 hasta 1930, que en un discurso del 19 de noviembre
de 1947, diputado de la Asamblea Constituyente, recordó:
" ... hablo por experiencia personal (...) . En la cárcel,
honorable Ministro, se hace esto: se pega un preso; por los golpes
el preso se muere, y entonces todos se preocupan, y no se preocupan
sólo los carceleros que pegaron al preso, sino también
el director, el médico, el capellán y todos los
que forman parte del personal de a cárcel. Y entonces hacen
esto: desnudan al preso, lo colgan a la reja y lo hacen descubrir
así colgado. Entonces llega el doctor y hace el parte médico
de muerte por suicidio. Esta fue la muerte de Bresci. Bresci fue
golpeado a muerte, entonces colgaron su cadáver a la reja
de su celda de Santo Stefano, donde yo me quedé un año
y medio".
Ugoberto Alfassio Grimaldi, citando testimonios de presos políticos,
escribe de Bresci: "... ese 22 de mayo los tres guardias
le hicieron el "Santantonio": o sea cubrir a alguien
con mantas y sábanas y después apalearlo a muerte;
su cadáver había sido enterrado, en un lugar quedado
sin huella en los archivos de Santo Stefano, por dos penados enviados
adrede allí de otra cárcel, y después enviados
inmediatamente atrás; el comandante de la penitenciaría
había sido promovido y los tres presos habían sido
recompensados ".
En la misma obra se recuerda que los asesinatos de presos políticos
en las cárceles fascistas no eran casos aislados, según
lo atestiguado por los ejemplos de Gastone
Sozzi en la cárcel de Perugia y de Romolo
Tranquilli, el hermano del escritor Ignazio Silone, en la
cárcel de Procida. La edición clandestina del órgano
del partido comunista l'Unità
del 1ro de enero de 1929 refiere los
nombres de los presos comunistas fallecidos o de todos modos sufriendo
en las cárceles fascistas. También Adriano
Ossicini describe la aplicación del Santantonio en
la cárcel deRegina Coeli en Roma, durante la dictadura
fascista.
Entre octubre de 1860
y enero de 1861 Santo Stefano fue el asiento de la llamada república
de Santo Stefano, una especie de estado autogestionado puesto
en pie con una rebelión por un grupo de algunos centenares
de camorristas (mafiosos de Nápoles) encarcelados, afiliados
al clan Bella Società Riformata. La rebelión había
sido favorecida por la partida de la guarnición borbónica
acuartelada en la cárcel, que tuvo que acudir en auxilio
de la ciudad de Capua, sitiada por las tropas de Garibaldi.
Los camorristas se dieron reglas muy estrictas, previendo la pena
de muerte no solo por el asesinato, sino también por hurtos
o agresiones a los carceleros. La república se acabó
después de tres meses de su nacimiento por el desembarco
de los marineros del Reino de Italia y por la consiguiente rendición,
sin derramamiento de sangre, de los amotinados. El proceso subsecuente,
en 1866 solo vio ligeras condenas y muchas absoluciones por los
rebeldes.
La penitenciaría fue cerrada definitivamente el 2 de febrero
de 1965, y en 1981 en el portal de acceso ha sido puesta una lápida para conmemorar
el encarcelamiento de Sandro Pertini y de los presos políticos
recluidos en Santo Stefano en sus 170 años de "actividad".
El
motín de 1943
Del 14 al 18 de noviembre de 1943, Santo Stefano fue el escenario
de otro motín, desatado por el miedo de la muerte por hambre
y sed, debido a la situación de abandono de la isla después
del armisticio del 8 de septiembre.
A partir de julio de 1943, Santo Stefano y sus huéspedes
se encontraron en efecto en una situación aún más
precaria de lo habitual, por la interrupción, en un primer
momento parcial, y luego total, de los abastecimientos, compartida
con Ventotene y sus habitantes y confinados.
El 23 de julio de 1943, una escuadrilla aérea aliada, tal
vez de cuatro aviones cuatrimotores estadounidenses, había
lanzado al mar unas bombas de tamaño mediano, una de las
cuales alcanzó la penitenciaría, causando un herido.
El 24 de julio de 1943, un avión bimotor británico
Beaufighter torpedeó y hundió el barco de vapor
Santa Lucia, que conectaba Nápoles
con las islas Pontinas, incluido Santo Stefano, que era la única
fuente de abastecimiento para la penitenciaría, causando
65 víctimas.
Después del armisticio del 8 de septiembre, los aliados
liberaron a los 49 presos políticos, pero los 248 prisioneros
comunes quedaron en la penitenciaría, y se encontraron
abandonados por el resto del mundo y sin recursos, custodiados
por solo 39 carceleros.
Las provisiones alimentarias se hallaban agotadas y por el agua
sólo podían confiar en el agua pluvial, faltando
cualquier manantial en la isla. Se sacrificaron todos los animales
quedados, y se redujeron las raciones de alimentos, pero sin embargo
los huéspedes de Santo Stefano llegaron al borde de la
muerte por inanición.
La única vía de escape que apareció a los
presos fue la evasión. La revuelta no fue entonces el resultado
de una larga preparación, sino un acto desesperado para
no morir de hambre y sed.
Así que el 14 de noviembre estalló el motín,
desencadenado por seis presos, entre ellos Sante Pollastro y Giuseppe
Mariani, que no había sido liberado por los aliados siendo
condenado por un crimen común, el atentado de 1921 en el
teatro Diana en Milán, que causó la muerte de 21
personas.
Los revoltosos tomaron como rehenes a los carceleros, cogidos
por sorpresa, aun si reaccionaron matando a uno de los presos,
Giuseppe Ligregni. Más tarde también fueron tomados
como rehenes el director De Paolis y los civiles, entre ellos
las familias del personal. Durante la revuelta se quemaron el
archivo administrativo y los registros de la prisión.
No contando con barcos para alejarse en masa, unos rebeldes se
dirigieron con un grupo de rehenes hacia Ventotene, con el barco
de un abastecedor, que había desembarcado en Santo Stefano
y también había sido tomado como réhen. La
intención fuera de negociar el abastecimiento de una embarcación
que llevar en Santo Stefano para embarcar a los rebeldes y llevarlos
en otro lugar. La isla de Procida es claramente visible desde
Santo Stefano y la costa tirrena de la península no está
muy lejos.
De hecho, en Ventotene, los carabineros y luego los soldados británicos
tomaron el control de la situación, arrestaron a Mariani
y lo enviaron a Santo Stefano para comunicar a los rebeldes el
orden de rendición, bajo la pena del bombardeo de la isla.
A pesar de la fuerte resistencia de Pollastro, al final los prisioneros
se rindieron, gracias también a la persuasión de
Mariani.
Eugenio
Perucatti
En julio de 1952, el nuevo director Eugenio
Perucatti asumió el cargo en la penitenciaría,
iniciando una revolución en las relaciones entre la cárcel
y los prisioneros, gracias a su cálida humanidad, lo que
lo llevó a crear relaciones estrechas con cada preso, prestando
especial atención a las necesidades individuales. ejemplo
facilitando contactos y conversaciones con los familiares de los
convictos.
Perucatti tuvo mucho cuidado con la formación profesional
de los presos, como instrumento de redención. De hecho
la plaza frente al edificio principal de la prisión fue
llamada "piazza della Redenzione".
Perucatti también hizo realizar en Santo Stefano un campo
de fútbol, incluyendo gradas y vestuarios, y un cine.
La política de apertura a los prisioneros le valió
a Perucatti muchas críticas por parte de quienes abogaban
por un enfoque intransigente y sin concesiones, y algunos escapes
de prisioneros se usaron como una excusa para sacarlo de la dirección
de Santo Stefano. En julio de 1960, Perucatti fue transferido
y enviado a dirigir la prisión de Turi y luego a Roma,
en una oficina de justicia de menores.
Que sepas que las evasiones de Santo Stefano ocurrieron incluso
después de su gestión, lo que demuestra que estos
episodios no fueron el resultado de una permisividad excesiva,
sino que fueron el resultado natural del deseo de los prisioneros
para recuperar su libertad.
Un
libro
En 2017, el periodista Pier Vittorio
Buffa publicó con Nutrimenti de Roma un libro, titulado
"Non volevo morire così
- Santo Stefano e Ventotene. Storie di ergastolo e di confino"
("No quería morir así - Santo Stefano y
Ventotene. Historias de cadena perpetua y confinamiento"),
que cuenta historias de prisioneros de Santo Stefano y confinados
de Ventotene, recopiladas en gran parte de sus expedientes conservados
en los archivos, incluidos los de Santo Stefano.
Hoy
en día
La penitenciaría
se cerró definitivamente el 2 de febrero de 1965, y en
1981 se colocó una lápida
al lado del portal de entrada, que luego se trasladó al
camino de entrada, para conmemorar la detención de Sandro
Pertini y de los presos políticos detenidos en Santo Stefano
en sus 170 años de actividad.
Desde el cierre de la prisión, la isla de Santo Stefano
está abandonada, y esto llevó a una degradación
progresiva de los edificios, debido a la acción de agentes
atmosféricos y actos de vandalismo y saqueo a lo largo
de más de cincuenta años, a menudo causados por
tontos buscando recuerdos.
Dada la enorme importancia histórica y arquitectónica
del sitio, a lo largo de los años se promovieron varias
propuestas de restauración y reutilización, así
como proyectos de reconversión turística y hotelera.
Afortunadamente, estos últimos son actualmente impracticables,
ya que la isla, incluida la prisión, está vinculada
como Bien de Interés Cultural y es parte de una Reserva
Natural Estatal, y incluso el arribo está prohibido en
más de la mitad de la costa.
Con el Decreto del Ministerio de Bienes Culturales y del Medio
Ambiente del 14 de mayo de 1987, el complejo de Ergastolo
di Santo Stefano ha sido declarado bien de particular importancia,
de acuerdo con la ley del 1 de junio de 1939, no 1089 sobre la
protección de artefactos de interés artístico
e histórico. Con el Decreto del Ministerio de Medio Ambiente
del 11 de mayo de 1999 se estableció la reserva natural
Islas Ventotene y Santo Stefano.
Ventotene es la sede del Centro
di ricerca e documentazione sul confino politico e la detenzione
isole di Ventotene e Santo Stefano, (Centro de investigación
y documentación sobre el confinamiento político
y la detención - islas de Ventotene y Santo Stefano), creado
por el municipio de Ventotene, Universidad de Estudios de Milán,
Instituto Nacional Parri e historiadores locales, para promover
el estudio de la historia contemporánea y la sociología
del castigo. El Centro organiza conferencias, itinerarios educativos
y didácticos, como los Viajes de la memoria, para valorizar
el patrimonio documental sobre la detención y el internamiento,
especialmente en las islas italianas más pequeñas.
El centro también se ocupa de la promoción de los
principios fundacionales de la idea europea, contenidos en el
Manifiesto de Ventotene, escrito por Altiero Spinelli, Ernesto
Rossi y Eugenio Colorni.
El complejo de edificios de la prisión es propiedad del
Estado, mientras que el resto de la isla es propiedad de un ciudadano
privado. Un obstáculo común a todos los tipos de
proyectos es la falta de lugares de arribo, lo que dificulta el
desembarque de las personas, y hace la descarga de mercancías
casi imposible.
En septiembre de 2018, se quedan congelados 70 millones de euros,
incluidos fondos europeos, destinados en 2016 por el gobierno
de la época, para la transformación de la prisión
en un centro para estudios de alta política.
En septiembre de 2018, la isla se abrió a visitas guiadas,
realizadas por Salvatore Schiano di Colella, un profundo y apasionado
conocedor del sitio, pero las visitas terminaron el 30 de septiembre,
y se reanudaron en verano-otoño 2019.
Últimos
desarrollos
A partir de 2020
se ha reiniciado el proyecto de recuperación de Santo Stefano.
Por decreto del Presidente de la República del 28 de enero
de 2020, la Sra. Silvia Costa ha sido nombrada "Comisionado
extraordinario del Gobierno para la recuperación y la valorización
de la antigua prisión de los Borbones en la isla de Santo
Stefano-Ventotene" (sitio
web). Más adelante, el puesto se renovó por
un año.
El 18 de diciembre de 2020 se presentó en Roma un documento
estratégico para el "Proyecto Ventotene - para la
recuperación de la Prisión de Santo Stefano",
en presencia, entre otros, del Ministro de los bienes y actividades
culturales y del turismo, Dario Franceschini y del ministro del
Sur de Italia y de la Cohesión Territorial Giuseppe Provenzano.
El proyecto, que se basa en los 70 millones de euros ya asignados
por el CIPE,
incluye Santo Stefano y Ventotene, y prevé un Contrato
de Desarrollo Institucional (CIS), firmado en agosto de 2017,
con Invitalia como organismo
ejecutor, basado en el desarrollo sostenible e integrado. de la
isla, en el fortalecimiento de la conciencia europea, para la
recuperación de ese patrimonio cultural extraordinario,
a través de sociedades, acuerdos marco, protocolos con
universidades, archivos, centros de investigación italianos
y europeos para crear un plan de actividades y investigaciones
culturales y formativas.
Las obras consistirán en la restauración, puesta
a punto y reutilización del Panóptico, del cuerpo
de guardia, de los torreones, de la casa del director, de los
demás edificios, de las arribadas y del cementerio. Los
trabajos comenzaran para junio de 2021 y poco antes se lanzará
el Concurso Internacional de proyectos para todo el complejo.
Se terminarán los trabajos en 2025 (con puesta en seguridad
a mediados de 2023); la recuperación y reutilización
de la ex casa del director se completará en mayo de 2023;
la construcción y adecuación de las arribadas en
octubre de 2022. El Museo va abrir incluso antes de 2025 y siempre
estará abierto a los visitantes durante la construcción;
a partir de mediados de 2023 se podrán iniciar muchas actividades
relacionadas con la formación y las conferencias. Todo
el proyecto estará en pleno funcionamiento en 2026.
La visita a la prisión será uno de los puntos clave,
y en el museo, con la disponibilidad de una aplicación
de realidad aumentada, se podrán visitar secciones dedicadas
al proyecto arquitectónico original, a la vida carcelaria
y al proyecto Perucatti, a las políticas de la Union europea
de apoyo a la democracia, a la libertad de expresión y
a los derechos humanos. Se prevén alrededor de 36.000 visitantes
anuales, así como 30 eventos y espectáculos al año,
con aproximadamente 5.400 espectadores de pago por año.
El 21 de diciembre de 2020, la Comisionada extraordinaria Costa,
y el Director de la Biblioteca Nacional Central de Roma (BNCR),
Andrea De Pasquale, firmaron un convenio para la búsqueda
bibliográfica de documentos significativos y su digitalización,
metadatación e importación en el estuche digital
de la Biblioteca (sitio
web), desde el que estarán disponibles en un único
portal de accesso.
La comisionada Costa se reunió con el director de la prisión
de Cassino, donde se trasladó parte del archivo histórico
de la ex penitenciaría de Santo Stefano tras su cierre
en 1965, y acordó trasladar los registros supervivientes
de los presos al Archivo
del Estado de Latina, para su colocación, clasificación
y digitalización.
La isla de Santo Stefano también será alcanzada
por fibra óptica, según un plan que llevará
la banda ultra ancha a zonas del país donde los operadores
privados no tendrían la conveniencia de invertir.
Se creará un punto de información, para recibir
a quienes desembarcarán en Ventotene, un espacio donde
se mostrarán imágenes, fotos y noticias sobre el
avance de las obras y la posibilidad de visitar el sitio. Una
exposición fotográfica con imágenes de Santo
Stefano antes del inicio de las obras se abrirá al público
a principios de marzo de 2021 en un lugar de Roma.
El 17 de enero de 2022, el gobierno italiano, presidido por Mario
Draghi, decidió
nombrar el "Proyecto Ventotene - para la recuperación
de la Prisión de Santo Stefano" en memoria de David Sassoli, presidente del Parlamento
Europeo, europeísta y partidario de el proyecto, quien
falleció repentinamente el 11 de enero de 2022.
Del 24 de enero al 22 de abril de 2023 en los Archivos del Estado
de Nápoles tuvo lugar la exposición "Isolamenti.
Viaggio tra i documenti di archivio delle isole carcere di Santo
Stefano, Ventotene e Procida in epoca Borbonica (1770-1860)"
("Aislamientos. Un viaje a través de los documentos
de archivo de las islas prisión de Santo Stefano, Ventotene
y Procida en la época borbónica (1770-1860)",
curada por Candida Carrino, Directora del Archivo y por Anthony
Santilli, referente del Archivo Histórico de Ventotene
y Santo Stefano.
La
Asociación
El 8 de febrero de 2016, se constituyó la Associazione
per Santo Stefano in Ventotene sin fines de lucro, para promover
iniciativas encaminadas a la recuperación, mejora y modo
de uso de la antigua prisión y edificios relacionados,
considerando que este lugar, como símbolo de la memoria
colectiva italiana y del proceso de construcción de la
identidad nacional, debe salvarse de la degradación que
siguió a su cierre en 1965, devolviéndola al patrimonio
histórico-artístico italiano y asignándola
a iniciativas permanentes que permitan su uso y disfrute a los
visitantes, académicos e investigadores.
Informaciones
Para cualquier información sobre la posible reapertura
del sitio, pueden intentar comunicarse con:
- el Museo
Storico Archeologico di Ventotene (Museo Arqueológico
de Ventotene) teléfono +39.0771.85345 (durante el horario
de apertura, variable, se necesita verificar).
o alternativamente
- el municipio
de Ventotene, en las siguientes direcciones:
Correo
regular: Comune
di Ventotene Piazza Castello, 1 - 04020 Ventotene (LT) - Italia
Teléfono: +39.0771.85014
Fax: +39.0771.85265
PEC
(Correo electronico certificado, sólo en Italia)::protocollo@pec.comune.ventotene.lt.it
Sitio
Web: http://www.comune.ventotene.lt.it/hh/index.php.
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Repubblica di Santo Stefano - Wikipedia (en italiano) http://it.wikipedia.org/wiki/Repubblica_di_Santo_Stefano;
El Manifiesto di Ventotene, https://www.cvce.eu/en/obj/il_manifesto_di_ventotene_1941-it-316aa96c-e7ff-4b9e-b43a-958e96afbecc.html;
El artículo de Amelia Pugliese http://www.ecn.org/filiarmonici/santostefano.html
El texto
de "Ricordanze della mia vita" de L. Settembrini: http://www.intratext.com/IXT/ITA2618/_PU.HTM
Isla de Santo Stefano - Islas Pontinas (LT) - Ex carcel de "Estado"
https://www.nauticareport.it/dettnews.php?idx=18&pg=4344
Sitio sobre las lagartijas https://www.lacerta.de/AS/Taxon.php?Genus=19&Species=85&Subspecies=191
SITIOS
WEB no más activos o no más alcanzables (al 21 de agosto
de 2024):
Terre
Protette agencia de viaje y tour operator, Roma http://www.terreprotette.it/tp2/106;
Ministerio de Justicia, Italia, Museo de Criminología,
Roma http://www.museocriminologico.it/index.php/documenti2/2-non-categorizzato/76-gaetano-bresci;
Sitio sobre los anarquistas http://dwardmac.pitzer.edu/Anarchist_Archives/goldman/
Marcello Botarelli, fotógrafo http://www.marcellobotarelli.it/santostefano/index.html
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